Orígenes del SIDA y experimentación humana.
Por Breen Casey y Ali Khalid Abdullah
Mientras
terminamos el siglo 20, en el año de la epidemia del SIDA y el que
inicia el Siglo 21 no existe aún ninguna cura ni ninguna respuesta
acerca de los orígenes del virus del SIDA. Debemos empezar a hacernos
algunas muy serias y difíciles preguntas, y no permitir al gobierno y
sus científicos darnos explicaciones que son mentiras evidentes e
insultantes para nuestra inteligencia. Debemos preguntarnos seriamente:
a ) Puede haber sido este virus un experimento fallido?; b ) puede haber sido el producto de un laboratorio de armas biológicas del gobierno de los Estados Unidos?
¿No
es gracioso que en los años 80 periódicos de todo el mundo publicaran
artículos sobre esta posibilidad, pero la prensa occidental apenas
escribió una palabra sobre ella?
¿Por
qué un científico alemán [Jacob Segal] fue interrogado por agentes del
gobierno de EEUU, tras publicar una teoría de investigación expresando
su convicción de que el SIDA era un producto humano de un laboratorio
estadounidense?
¿Es
mera coincidencia que dos hombres preeminentes que promovían la misma
teoría fueran hallados muertos en circunstancias sospechosas en un
lapso de pocas semanas?
¿Cuál
es la conexión entre la vacuna de la hepatitis-B en Nueva York, San
Francisco y Los Ángeles, y la consiguiente epidemia de SIDA en esos
lugares?
¿Qué hay sobre la amplia extensión de la vacuna de la viruela en África y la consiguiente epidemia de SIDA allí?
Y
¿han usado alguna vez los científicos y médicos estadounidenses seres
humanos en experimentos encubiertos y sin informar a la víctima de lo
que estaba ocurriendo? Estas son las cuestiones que debemos considerar
y preguntar.
Sin
embargo, si usted duda de que el gobierno de los Estados Unidos haya
hecho alguna vez tales cosas, sólo tiene que mirar a la historia para
ver que las ha hecho muchas veces (y las continúa haciendo).
Desde
la fundación de esta nación, el ejército ha entregado a los pueblos
indígenas (las Naciones Primeras) mantas contaminadas con el virus de
la viruela; los Estados Unidos han demostrado su deseo de matar con
enfermedades.
Un
ejemplo es el infame experimento del Tuskagee Syphilis Study, en el
cual los médicos y científicos del gobierno autorizaron que unos 400
hombres negros sin estudios fueran tratados secretamente con sífilis,
de modo que se pudiera "estudiar los efectos" de esta enfermedad.
Mientras tanto se decía a estos hombres que estaban siendo tratados de su enfermedad "libremente".
Esto continuó durante 40 años, desde 1932 hasta que fue descubierto en 1972.
Cosa
interesante, el departamento que supervisaba el Tuskagee Study ha sido
transformado en el departamento actualmente encargado del programa
sobre SIDA del gobierno.
Echemos un vistazo a otros asuntos que el gobierno hizo sin el conocimiento de la gente.
En
1948, un equipo de científicos estadounidenses y británicos liberaron
una nube de gérmenes sobre un barco lleno de animales cerca de las
Bahamas. Los cadáveres de los animales fueron quemados en el mar.
En
1951, personal de la armada contaminó deliberadamente cajas de madera,
para infectar a trabajadores negros en la base naval de Norfolk,
Virginia.
En
1955, en la zona de la Bahía de Tampa, la CIA probó bacterias
procedentes de un centro militar de armas químico-biológicas. Los
residentes en la zona experimentaron un fuerte incremento de la tos
ferina, con fuertes síntomas, e incluyendo 12 muertes.
Una
gran cantidad de armas bacteriológicas fueron usadas por los Estados
Unidos durante la guerra de Corea contra los norcoreanos; y cuando tres
estadounidenses publicaron un informe sobre el uso de estas armas, la
administración de Eisenhower los acusó de sedición.
Muchos
vietnamitas y estadounidenses padecen todavía cáncer y un alto índice
de malformaciones de nacimiento, como consecuencia del uso del "agente
naranja" para destruir los bosques y cultivos.
Aún
no ha habido una respuesta oficial del gobierno para las peticiones de
ayuda por el "síndrome de la guerra del Golfo", de modo que el gobierno
niega completamente su existencia.
Y
hoy, el gobierno de los Estados Unidos, con su negativa a permitir a la
Medicina aliviar el sufrimiento de los niños de Iraq, sigue matando con
enfermedades.
Los
días 5 y 6 de marzo de 1989, el San Francisco Examiner publicó una
serie titulada "Armas de tubo de ensayo", que reveló que el aparato
militar estadounidense está y ha estado desarrollando armas biológicas
capaces de atacar a grupos étnicos específicos. Y durante los años 60
se llevaron a cabo en California terapias experimentales y de prueba
con presos, incluyendo drogas que alteran la mente y electroshocks.
Algunas
estaban dirigidas a presos homosexuales con el fin de "convertirlos" a
la heterosexualidad [se puede obtener más información sobre el uso de
presos en experimentos y pruebas biológicas en dos buenas fuentes, que
son: Acres of Skin -1998-, de Allen M. Hornblum; y Kind and Unusual
Punishment: The Prison Business -1973-, de Jessica Mitford].
Así
pues, el gobierno estadounidense ha probado repetidamente ser indigno
de confianza, por decirlo suavemente. Pero, ¿eso lo hace culpable de
haber creado el virus más mortífero hasta la fecha de nuestra época?
Primero, examinemos las demás opciones. No hay ninguna explicación real
"oficial" al origen del SIDA; el gobierno no tiene ninguna respuesta
empírica que ofrecer. Por supuesto, no nos va a decir que creó el
virus. ¿Tal vez no haya ninguna otra verdad para contar? Como dijo el
doctor Jakob Segal, "...ninguno de los expertos puede plantear un medio
razonable, plausible, natural, que hubiera podido provocar el SIDA".
Una
teoría bien conocida, promovida por altos expertos gubernamentales,
estableció que el SIDA había existido durante décadas en estado latente
en África, y fue activado recientemente de algún modo. Pero en 1968 un
investigador independiente fue a la mayor ciudad de Uganda, un
epicentro del SIDA en África. Analizó la sangre de pacientes ancianos
en clínicas de reposo, así como la de 716 adultos jóvenes sanos. El 15%
de los adultos jóvenes tenía el VIH, mientras que ninguna persona
anciana tenía señales de él. El investigador concluyó que "...los
resultados indican que [el virus] sólo ha llegado al país
recientemente".
Otra
teoría popular que mucha gente cree probada es que la enfermedad
comenzó con el "mono verde" de África. Después, de alguna manera y de
repente, saltó del mono a la especie humana -algo que no se conoce que
haya sucedido jamás en la historia biológica!...
El
2 de junio de 1988, investigadores de la UniverSIDAd de Tokio afirmaron
que el SIDA podría no proceder del "mono verde"; que había diferencias
entre la estructura molecular y los genes del virus del mono, y los del
virus humano.
Cuando
se preguntó a Carl Mulder, de la Massachuettes Medical School, su
opinión sobre el origen del SIDA, respondió: "No es el mono verde de
África; no conocemos ningún otro virus del mono que sea lo
suficientemente similar al virus humano para que pueda ser su
predecesor".
El
doctor Jakob Segal respondió a la teoría del mono verde diciendo que
"...científicamente, la tesis es absolutamente insostenible"; su esposa
y compañera de investigación, Lili Segal, afirmó que "...es simplemente
un mito que ha obtenido más éxito que cualquier investigación seria".
Se
hace todavía más evidente que la teoría del mono verde no es plausible,
cuando observamos la sangre de la población pigmea de África Central
(cuyo nombre correcto es bantú); ...el grupo de población más próximo a
los monos verdes no está
infectado. De hecho, la epidemia de SIDA golpea las ciudades de África Central, no las selvas donde viven los monos.
Cuando los intentos del mundo occidental de culpar a las selvas vírgenes de África han fallado, ¿hacia dónde debemos mirar?
Cuando
el doctor Robert Streker y su hermano el abogado Ted Streker, estaban
preparando una propuesta para la que necesitaban conocer el coste a
largo
plazo
de la asistencia sanitaria a los pacientes de SIDA, fueron a una
biblioteca para investigar; lo que descubrieron cambió sus vidas para
siempre. Descubrieron que el doctor Myron Essex, responsable de la
investigación sobre SIDA en la Harvard Medical School, no era médico,
sino veterinario; un médico de animales.
Descubrieron
que se había dotado a la School of Veterinary Pathology (una escuela de
patología animal) con 8 millones de dólares para la constitución de un
grupo de investigación sobre leucemia y retrovirus humanos.
Tras
examinar varias enfermedades animales, el doctor Streker concluyó
"...tiene que haber sido producido mediante ingeniería genética, a
partir de diferentes virus. Los dos virus que han sido usados, según
todas mis investigaciones y estudios, son maedi-visna y leucemia
bovina. Casi con toda seguridad ocurrió en un laboratorio de
investigación estadounidense".
El virus maedi-visna, hallado en las ovejas y cabras, es un virus de infección
lenta
que causa pérdida de masa corporal y de peso, y destrucción progresiva
del cerebro y el tejido pulmonar. El virus de la leucemia bovina causa
inmuno deficiencia y la formación de células blancas en el cerebro de
las vacas. El doctor Streker realizó búsquedas en bases de datos
médicas para encontrar todos y cada uno de los estudios acerca de los
virus visna-bovino o bovino-visna, desde 1900 en adelante. Lo que
encontró fueron estudios que se remontaban como máximo a principios de
los 70 sobre el virus bovino-visna. Este virus tiene la misma
estructura que el del SIDA, la misma morfología, la misma dependencia
del magnesio, la misma capacidad para reproducirse en tejidos
cultivados.
Posteriormente,
el doctor Streker afirmó que "...cuando este virus fue propagado de las
vacas infectadas naturalmente a los chimpancés, estos chimpancés
murieron de un tipo de neumonía, que es el SIDA".
Su
primer informe detallando su investigación, Bio Attack Alert, fue
publicado en 1986. Más tarde en ese mismo año, dos científicos germano
orientales, los doctores Jakob y Lili Segal, publicaron un informe de
52 páginas, afirmando su opinión de que el VIH había sido creado
mediante ingeniería genética en un laboratorio de armas biológicas
estadounidense, a partir del virus visna y de un virus de leucemia
humana.
En
1987, tras una investigación minuciosa, el doctor John Seale, un
especialista establecido en Londres, afirmó: "Estoy ahora totalmente
convencido de que el virus del SIDA es de fabricación humana", si bien
cree que había sido producido más probablemente por accidente en un
laboratorio de investigación oncológica.
En
1969, el presidente Nixon anunció la prohibición de la producción y el
uso de agentes de guerra biológica. Tres años después, los Estados
Unidos firmaron un tratado internacional con disposiciones similares.
Uno
podría pensar que eso significa el fin de la producción de armas
biológicas; pero en 1987 un proceso judicial promovido por el grupo
medioambiental Foundation for Economics Trends, obligó al Departamento
de Defensa a admitir la
existencia de 127 establecimientos de investigación de armas químicas y biológicas en los Estados Unidos.
La
revista Science Magazine publicó que el proceso había revelado que "se
están aplicando técnicas de recombinación de ADN, en la investigación y
la producción de cierto número de agentes patógenos y toxinas...".
El
ejército alega que toda la investigación sobre armas biológicas es
"sólo con propósitos defensivos"; y también tuvo que admitir la
existencia de "institutos de investigación sobre enfermedades
infecciosas" en Kenia y Brasil.
De
hecho, el mismo año en que Nixon anunció la prohibición de las armas
biológicas, Henry Kissinger abogaba por el desarrollo de nuevas
enfermedades biológicas, y el ejército pedía 10 millones de dólares
para crear un virus "asesino" con la descripción clínica del SIDA.
El
doctor Ronald M. MacArthur, director adjunto nombrado por el Congreso
del Departamento de Defensa, declaró ante el Congreso que Adentro de
los próximos 5 o 10 años, será probablemente posible hacer un nuevo
micro organismo infeccioso, que diferiría en ciertos aspectos de
cualesquiera organismos conocidos causantes de enfermedades.
Lo
más importante de esto es que podría ser refractario [que no responde a
los tratamientos] a los procesos inmunológicos y terapéuticos de los
que dependemos para mantener nuestra relativa libertad frente a las
enfermedades infecciosas.
Como
podemos ver, los Estados Unidos no han sido inocentes en el pasado, en
cuanto a decir la verdad o informar al público de sus actividades, bajo
el pretexto de la "seguridad nacional".
Ahora
usted puede creer que lo aquí expresado son más hechos sobre los que
pensar. Los presos están habitualmente entre los primeros seres humanos
sobre los que el gobierno de EEUU prueba sus experimentos. Pero esta
experimentación no se realiza sólo sobre presos. Estos experimentos se
han usado también con pacientes mentales y personas sin hogar.
Por
ejemplo, miles de estadounidenses han sido usados desde 1944 hasta
1974, en experimentos biomédicos financiados por la Comisión de Energía
Atómica, para verificar los efectos de la radiación en el cuerpo
humano.
Estos
experimentos se han realizado en cárceles, hospitales y universidades
por todo el país. Estos experimentos han sido siempre utilizados con
aquellas personas que la sociedad considera "desechables".
El
Alburquerque Tribune publicó una serie de artículos en noviembre de
1993, desvelando los nombres de estadounidenses inyectados en secreto
con plutonio, como parte de un experimento gubernamental de alto
secreto.
Estos
hechos están saliendo a la luz apenas ahora, a medida que están siendo
conocidos más y más documentos gubernamentales. Probablemente no
sabremos jamás la totalidad de los datos acerca de cuánta gente ha sido
usada en experimentos gubernamentales; pero es seguro ahora pensar que
el virus del SIDA no es ningún fenómeno de la Naturaleza, sino más bien
un fenómeno de creación humana. Una enfermedad que ha sido puesta sobre
la Tierra, y para la que no hay cura.
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