HAARP: una amenaza para la humanidad y el planeta
El programa americano HAARP:Una amenaza para el clima y el medio ambiente vibracional del planeta Richard Allan Miller e Iona Miller ( Nexus n°28 - Setiembre-Octubre 2003) Onnouscachetout.com
El
HAARP, un arma de destrucción masiva, que forma parte del programa
militar americano «Joint Vision 2020», constituye una amenaza para las
interacciones sutiles entre los ecosistemas de la Tierra y la ionosfera. Resonancia de Schumann (Frecuencias RS) y biocomunicaciones La
resonancia de Schumann (RS) constituye quizá el soporte de un proceso
de percepción extrasensorial (PES) de tipo radar para todos los seres
vivos. Frecuencias diversas pueden ser absorbidas y reemitidas por todo
objeto, según esquemas de interferencias específicas. Estas « ondas
resonantes » pueden ser moduladas intencionalmente, en su frecuencia o
en su forma, con objeto de transmitir ciertas informaciones (esquemas
de interferencia). Decodificadas
por el cerebro, regresan casi instantáneamente a "caballo" de la
Resonancia Schumann (RS), y son entonces traducidas por el cerebro en
datos conscientes. Además, la bioinformación puede ser inscrita
intencionalmente, a distancia, sobre una diana por una interfaz
sensorial primitiva de tipo radar sobre una onda portadora RS. Tanto
éste como otros mecanismos están sometidos al hecho de que las
frecuencias RS permanecen en su gama mediana. En Sedona, Arizona, Ben Lonetree ( http://sidereal7.org ),
un ingeniero electricista, observa de forma intensiva las frecuencias
RS, que él denomina la « Voz del Planeta », así como el campo magnético
terrestre. Su página en Internet muestra listados atmosféricos y
geofísicos en tiempo real, muy fiables. Tiene gran experiencia en la
tecnología IRM (Imaginería por Resonancia Magnética) y en las ondas
cerebrales. Es especialista en mediciones ELF (Extremely Low Frequences
– frecuencias muy bajas) y en ULF (frecuencias ultra bajas). Ritmo y caos en la ionosfera El
ritmo de la vida ha evolucionado de forma continuada a través de las
eras. Vivimos en una compleja matriz de campos oscilantes. La menor
fluctuación en un campo superpuesto provoca perturbaciones en los
demás. Los impulsos viajan por todo el mundo varias veces por segundo
entre la superficie del planeta y la ionosfera, enviando señales de
coordinación a todos los organismos. Estas señales nos enlazan con el
campo electromagnético global. Nombrada como su inventor, la Resonancia
Schumann (RS) es el pulso que palpita la medida de la vida en nuestro
planeta. Al igual que el badajo de una campana, los rayos reactivan
constantemente esta onda estacionaria. Todos andamos según la
"cadencia de este tambor cósmico", nuestro latido de corazón
planetario, que marca el tempo de la salud y del bienestar. Estropear
este estimulador equivaldría a romper el cristal de la vida, tal como
nosotros la conocemos. Hoy en día, sin embargo, con el pretexto del
progreso y de la defensa, este estimulador se halla amenazado, y
monstruosas cantidades de dinero público son destinadas a esta
explotación de la atmósfera. Se ha previsto la aplicación de impuestos
cada vez mayores para financiar, hasta el 2020, esta aberrante defensa
antimisiles, la "Guerra de las Estrellas", y el haz de energía HAARP
(High-frequency Active Auroral Research Program) que ya está operativo
en Gakona, Alaska. El ritmo vibracional de nuestro ambiente, motor
fundamental de toda vida sobre nuestro pequeño planeta azul, está
amenazado por las manipulaciones humanas de la ionosfera, tales como la
tecnología del programa HAARP. Algunos científicos han llegado a
declarar que la alta atmósfera estaba "viva", transmitiendo una especie
de conciencia a todos los seres vivos. Tal como lo han demostrado
los ataques a la capa de ozono y otras calamidades ecológicas, es
peligroso manipular a la Madre Naturaleza. Tocar este sistema podría
destruirlo, y a nosotros con él. Parece evidente que las supuestas
ventajas no justifican la toma de tales riesgos para nuestra
supervivencia. Y lo que es peor, prácticamente no se ha llevado a cabo
ninguna investigación seria en el terreno en el que podrían producirse
los problemas. Parece ser que una parte del dinero otorgado al
proyecto de la Guerra de las Estrellas de Bush será utilizado para
investigar los láseres en órbita… Lo que los rusos temen son… las
intenciones americanas de llevar a cabo en el 2003, experiencias
científicas a gran escala con el programa HAARP, radicado en Alaska.
Noventa diputados rusos han firmado una moción contra el programa
HAARP, declarando que estos experimentos desembocarán en armas capaces
de romper las comunicaciones por radio y los equipos de las naves
espaciales, los cohetes, provocar graves accidentes en las redes
eléctricas y en los oleoductos y gaseoductos, y tener efectos negativos
en la salud mental de las poblaciones de regiones enteras. (Fitrakis,
2002). La ionosfera nos protege de las radiaciones mortales del Sol
y el espacio. Y ahora, con las ondas de radio de altas frecuencias, se
agujerea esta cobertura protectora, arriesgándonos a desgarrar
accidentalmente la frágil concha de la evolución planetaria y humana.
Las consecuencias podrían ser tan devastadoras como el fallo de un
estimulador cardíaco individual. Las fuerzas del caos podrían
desencadenarse provocando daños irreversibles. La Iniciativa de
Defensa Estratégica ( Strategic Defense Initiative SDI) coloca esta
tecnología de modificación del ambiente en manos del mando militar, una
perspectiva muy inquietante. Como ellos se aprovechan de un cometido
para la seguridad nacional, no sabemos exactamente qué es lo que hacen,
y nos tememos lo peor. Esperemos que esto quede desvelado antes de que
sea demasiado tarde para todos.
¿Acaso la actividad
humana no ha perturbado ya lo suficiente el clima, que debamos agravar
el problema jugando con estos haces de energía? Las
Naciones Unidas organizan el seguimiento de debates sobre los cambios
climáticos, los gases con efecto invernadero y las "armas no mortales"
que como mínimo los americanos y los rusos podrían poner en
funcionamiento. La "guerra metereológica" implica el desencadenamiento
de perturbaciones atmosféricas por medio de ondas radar ELF. A través
del armamento electrónico, EE.UU. quiere "poseer el tiempo" y las
estaciones espaciales, en un afán por establecer su dominio militar,
todo ello remodelando los esquemas naturales y dominando las
comunicaciones mundiales. Recientes informaciones científicas han
determinado que el HAARP se halla ahora completamente operativo y posee
el potencial para desencadenar inundaciones, sequías, huracanes y
terremotos. Desde el punto de vista militar, el HAARP es un arma de
destrucción masiva. En potencia, es un instrumento de conquista
capaz de desestabilizar selectivamente la agricultura y los sistemas
ecológicos de regiones completas. Incluso si no se ha demostrado que
esta dudosa tecnología haya sido ya utilizada, sería sin embargo
necesario que las Naciones Unidas consideraran las consecuencias de una
"guerra del medio ambiente", paralelamente con el debate de las
secuelas climáticas de los gases con efecto invernadero… La Dra .
Rosalie Bertell confirma que " los científicos militares americanos…
trabajan con los sistemas de meteo como armas potenciales. El método
consiste en una potencialización de las tempestades y en el desvío de
las corrientes de vapor en la atmósfera a fin de provocar sequías o
inundaciones en localizaciones programadas…" Un antiguo oficial
militar francés, Marc Filterman , esboza diversos tipos de armas "no
convencionales" utilizando radiofrecuencias. Alude a una "guerra del
tiempo", indicando que EE.UU. y la Unión Soviética habían ya " dominado
el saber hacer necesario para desencadenar variaciones bruscas en el
clima (huracanes, sequías) a principios de los años 1980 ".
(Chossudovsky, 2000). Existen dispositivos más modestos en Arecibo,
Puerto Rico, en Fairbanks, Alaska, en Tromso, Noruega, y en las
ciudades de Moscú, Nizhny Novgorod y Apatity en Rusia, así como en
Kharkov, Ukraine, y en Dushhanbe en el Tadzhikstan, y quizá en Israel
(en emplazamiento desconocido). El HAARP fue presentado a la opinión
pública como un programa de investigación científica y académica. Sin
embargo, los documentos militares americanos parecen sugerir que su
principal objetivo es el de "explotar la ionosfera a cargo del
Ministerio de Defensa". Sin que citaran especialmente al programa
HAARP, un estudio de la Fuerza Aérea estadounidense señala la
utilización de "modificaciones ionosféricas inducidas", como medio para
modificar los mecanismos climáticos, y descomponer –confundir- los
radares y las comunicaciones del enemigo. (Chossudovsky, 2000).
http://conspirati.blogspot.com/2007/12/proyecto-haarp.html
|