Vamos a comenzar por lo
parece más oportuno, por una precisiones de concepto y vocabulario.
"Cábala" es la designación común desde el siglo XII d.C. para referirse
a las doctrinas del "esoterismo y misticismo judíos". Parece que empezó
a usarse así, restrictivamente (antes significaba sólo "tradición" de
la ley oral), en tiempos de un rabino llamado Isaac el ciego, en la
escuela alemana esotérica judía de esos momentos. Cábala es el
sustantivo del verbo hebreo qabal, que significa "recibir" (por
tradición). El sustantivo qabbalah designa la doctrina mística respecto
a Dios y al universo recibida por revelación desde un remoto pasado y
reservada para unos pocos elegidos.
Al principio la cábala eran
especulaciones que afectaban sobre todo al ámbito de los puramente
místico, pero bajo la influencia de nociones filosóficas tomadas del
neoplatonismo y neopitagorismo adquirió un tono especulativo y
teosófico.
Hay también otros nombres
para designar la cábala y sobre todo a los cabalistas. Son los
siguientes: "Los que conocen la gracia", "Los hijos del palacio real",
"Los conocedores de las medidas", o los "conocedores" sin más y "dueños
del conocimiento", etc. La cábala se llamó en España y en la Provenza
en el siglo XII "sabiduría interior" (hokhmáh penimit), y los
cabalistas eran los "sabios" o "conocedores" (maskhilim) de las cosas
interiores. A partir del siglo XV quedaron fuera de uso todos estos
nombres o perífrasis y se impuso el sustantivo cábala, y el adjetivo
cabalista.
Aunque en las obras
cabalísticas se muestre como una unidad, la cábala puede dividirse por
comodidad en cábala teórica o teosófica (iyyunit), "ciencia de la
divinidad", y cábala práctica o teúrgica (maasit), es decir la que pone
al servicio de los hombres las fuerzas sobrenaturales. Por tanto, no
hay que hacer sin más la ecuación cábala = mística.
En su parte intelectual la
cábala busca aprehender los secretos de Dios, los de la vida oculta de
la divinidad, del universo (la creación) y del hombre (es decir, de las
relaciones entre la vida divina, la creación y el hombre). Puede
decirse que es mística porque tales verdades van más allá del intelecto
y sólo se consiguen por revelación a quienes se unen místicamente a
Dios…, y si es a través del éxtasis, mejor.
Los cabalistas conciben a
este Dios como tremendamente alejado, trascendente e incomprensible (el
Deus absconditus -el Dios escondido- ya desde las especulaciones sobre
la Sabiduría de los judíos piadosos de época helenística) pero a la vez
un Dios que puede revelarse. En su parte práctica la cábala se acerca
bastante a la magia. Hablaremos más tarde de ello.
Orígenes de la cábala
Para los judíos la cábala
tiene orígenes muy antiguos y es una "tradición que viene de los
Padres", es decir, de los antiguos Patriarcas bíblico. Para otros, la
cábala y sus conocimientos tienen un origen posterior, desde Moisés en
el monte Sinaí, que la recibió directamente de Dios al igual que la
"Ley oral" y se continúa en la línea de los profetas. Según el apócrifo
Libro IV Esdras 14,5-6, Moisés en el Sinaí recibió la Ley (22 o 24
libros) y unos 50 libros de enseñanzas ocultas. He aquí el texto:
Me revelé abiertamente
sobre la zarza, y hablé con Moisés cuando mi pueblo era esclavo en
Egipto. 4Y lo envié y saqué a mi pueblo de Egipto, y le traje al monte
Sinaí, y lo retuve conmigo muchos días, 5y le mostré muchas maravillas,
y le manifesté los secretos de los tiempos, y el fin de los tiempos, y
le mandé diciendo: 6estas palabras harás públicas y estas esconderás.
7Y ahora te digo: 8Los signos que (te) mostré y los sueños que viste, y
las interpretaciones que oíste, colócalas en tu corazón, 9porque tú
serás llevado de los hombres y morarás en adelante con mi Hijo y con
tus semejantes, hasta que se consumen los tiempos.
Así pues, según el texto
Yhvh ordenó a Moisés que las primeras (obras) fueran hechas públicas,
pero las segundas tenía que mantenerlas ocultas. Otros cabalistas
pensaron incluso que las doctrinas secretas de la cábala habían sido
reveladas a Adán, y que desde el primer hombre se habían transmitido
sin alteración en una cadena de tradición perfecta.
Esta idea, que deniega
cualquier historia o evolución a la cábala es naturalmente absurda. La
cábala tiene lógicamente una historia dilatada de comienzo, evolución,
diversidad de doctrinas, plasmación de un conjunto más o menos
"ortodoxo" (que llamaríamos la cábala por antonomasia) y sus momentos
de declinación y muerte.
Los inicios de la cábala
son ciertamente antiguos. Pistas de que dentro de ciertos círculos
judíos se comenzó ya antes de la era cristiana a especular sobre los
temas más o menos místicos que luego serían después cabalísticos es la
advertencia de Ben Sira (Eclesiástico): "No tendrás que ver con cosas
ocultas" (3,22). De aquí puede deducirse que en círculos apocalípticos
(desde el siglo III a.C.) y en las doctrinas secretas de los esenios
comenzaban a guardarse celosamente secretos tanto sobre la divinidad
como cosmológicos o sobre el mundo futuro.
La cábala corresponde a lo
que llamamos la "gnosis" desde un punto de vista sociológico es decir,
unas doctrinas religiosas que un visionario afirma haber recibido de la
divinidad y que luego de facto -y también la mayoría de las veces en
teoría- reserva para un grupo. Además, la cábala pertenece en líneas
generales a la gnosis occidental ya que tiene un sustrato de la
filosofía neoplatónica sobre todo, y también porque "como veremos" las
doctrinas de la gnosis se transparentan tras las ideas de la cábala.
Con algunas excepciones,
los cabalistas pretendieron permanecer dentro de los límites legales y
prácticos del judaísmo (el judaísmo rabínico, con su halakah, o
legislación, ya bien determinada e imposible de cambiar, por lo bien
asentada en la tradición), del mismo modo que los gnósticos cristianos
más acérrimos de los siglos II y III jamás pensaron que ellos estaban
fuera de la Iglesia. Ellos eran la verdadera iglesia y la oficial, por
el contrario, era la desviada, la que no entendía bien la esencia de la
revelación traída por Jesús el revelador. Igualmente los rabinos
cabalistas se creían los mejores de los judíos, los de verdad
conocedores.
de Antonio Pinero - blogs.periodistadigital.com/antoniopinero
|