Diversas
organizaciones de afectados por la contaminación electromagnética que
despiden cables de alta tensión, antenas de telefonía y los propios
teléfonos, estudian cómo "presentar en sociedad" el último informe que
cuestiona los efectos para la salud de esta tecnología.
Hace unos meses se conoció un nuevo trabajo científico que
eleva la preocupación sobre los efectos de los campos electromagnéticos
de muy baja frecuencia en la salud humana. El estudio llama la atención
sobre la necesidad de disponer de estándares más estrictos de seguridad
de la telefonía móvil, las líneas eléctricas y otras fuentes de
exposición en la vida diaria.
Los
científicos responsables del trabajo piden que se apliquen criterios
mucho más restrictivos de seguridad pública para reducir la
contaminación electromagnética
El informe se conoce como "Bioiniciativa
(Bioinitiative Report): Un fundamento sobre los estándares de
exposición pública a los campos electromagnéticos basándose en la
biología". Lo ha realizado un grupo de trabajo, Bioiniciativa, que
reúne a científicos, investigadores y profesionales de las políticas de
salud pública internacionales. En total, 14 expertos más doce críticos
externos al trabajo.
La
Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) ha aportado a este informe un
capítulo basado en un estudio de la propia institución: "Últimas lecciones de las primeras alertas: el principio de precaución 1896-2000".
Una de las principales conclusiones del Bioinitiative Report
es que los estándares públicos de seguridad existentes, que limitan los
niveles de radiación en casi todos los países del mundo, deben ser
miles de veces más bajos.
Los actuales estándares de seguridad están obsoletos, urge reducir los niveles de exposición a los campos electromagnéticos
El
informe ofrece detallada información científica sobre los impactos en
la salud cuando los ciudadanos están expuestos a la radiación
electromagnética cientos y miles de veces por debajo de los límites
establecidos por instituciones como la ICNIRP (International Commission
on Non-Ionizing Radiation Protection, Comisión Internacional de
Protección contra la Radiación No Ionizante).
Esta
agencia, dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
mantiene estrechas relaciones con las compañías del sector eléctrico y
de las telecomunicaciones, como desde hace años vienen denunciando los
científicos críticos. En todo ello también profundiza nuestro libro Conspiraciones tóxicas.
Los autores de este nuevo estudio han revisado más de 200 análisis publicados sobre este tema.
Un móvil roto, paradoja de la pérdida de salud que podemos experimentar por su utilización
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