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de su realidad- serían capaces de abrir, en conjunto, una puerta hacia
otras dimensiones. En este caso parecería que en todo el sistema solar
se estaría llevando a cabo un cambio hiperdimensional, o para decirlo
más claro, estaría cambiando la realidad del mismo tal como la
percibimos en nuestra tercera dimensión de existencia.
Este fenómeno, ahora comprobable, podría ser la prueba que muchos
buscaban para evidenciar el traspaso actual de nuestro planeta hacia
otro estado existencial, el de una cuarta dimesionalidad física de la
realidad humana.
La física hiperdimensional
La aparición de estos vórtices planetarios ya había sido predicha a
mediados del siglo XIX por el físico matemático escocés James Clerk
Maxwell, cuyas ecuaciones pusieron la piedra angular de la primera
teoría unificada de las fuerzas naturales. El electromagnetismo, tal su
tesis, supuso un paso ineludible en el camino que condujo a la física
moderna: la relatividad de Einstein y la mecánica cuántica de Planck,
Heisenberg y Schrodinger.
Sus postulados fueron propuestos por los científicos más notables de la
época, y muy poco dados a especulaciones para especialistas como
Helmholtz, Lord Kelvin y Faraday. Estos pioneros llegaron a la
conclusión de que nuestra realidad no es sino la parte accesible para
nosotros -seres tridimensionales- de un universo de más dimensiones. En
la interacción entre éstas y las tres que constituyen el mundo material
de nuestra experiencia se encontraría el secreto de muchos fenómenos
hasta ahora inexplicables, e incluso la clave de la aparición de la
vida sobre nuestro planeta.
Los padres de la física hiperdimensional llenaron pizarras con
interminables cálculos, desarrollaron ingeniosos modelos cosmológicos y
levantaron un verdadero edificio de relaciones matemáticas y
geométricas. Sabían que, en determinadas circunstancias, tendría que
existir un flujo de energía de esas otras dimensiones hacia la nuestra.
Concretamente afirmaban que un sistema giratorio de un espacio de
cuatro dimensiones haría surgir una serie de vórtices de energía al ser
proyectado en un espacio de tres dimensiones como el nuestro.
La activación de la geometría planetaria
La ciencia ya no duda de que las formas de la materia se manifiestan
geométricamente en forma de fractales. Así, los cambios en la geometría
hiperdimensional marcarían el comienzo de la activación y transformació
n geométrica del alma planetaria.
Como hemos remarcado en anteriores ediciones, el origen de estos
cambios se focaliza en el Sol, astro regente del planeta y del sistema.
El fenómeno en cuestión es lo que podríamos definir como un proceso de
sincronizació
n
de la galaxia hacia todos los sistemas estelares que la componen. En
consecuencia, el planeta entero comenzará un proceso de realineamiento
que se manifestará a través de diversos procesos climáticos y
geológicos. Cada evento terrestre abrirá portales que permitirán la
liberación de energía alineatoria, elevando el nivel vibracional del
planeta y de todos los seres vivos. De esta manera ambos quedarán
alineados con el nuevo ritmo vibratorio solar.
El ser humano en un proceso de cambio
Todos los seres vivos somos parte del sistema solar. De hecho, todos
los seres humanos somos "solares", de acuerdo con la concepción de la
mayoría de las culturas antiguas. Según ellas, cualquier cambio en el
Sol repercute en los planetas y cualquier modificación en éstos
afectará a los seres que lo habitan. Un proceso que ya está en marcha y
cuyos efectos comienzan a vislumbrarse.
Durante la transformació
n,
las personas aumentarán su sensibilidad y sufrirán grandes crisis
internas. Drásticos altibajos en las emociones darán muestra de que el
ser humano debe alinearse también con los nuevos niveles de vibración
de la física hiperdimensional. Correlativamente, la trasmutación de su
propia geometría hiperdimensional traerá aparejadas diversas
consecuencias físicas y emocionales que se verán más acentuadas en
aquellos alejados del equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu.
Los seres humanos indefectiblemente nos dirigimos a una conexión
sincronizada con la naturaleza. Quienes más se resistan a este proceso
sufrirán alteraciones en la parte física; el aumento de vibración de
toda la materia les producirá varias molestias, como estados de
ansiedad, taquicardias, alteraciones en el sueño, trastornos en la
memoria y en la atención.
Fenómenos climáticos
En las imágenes del vórtice de los últimos huracanes es posible
observar cómo interactúan las energías entre nuestra propia realidad y
las de las dimensiones superiores, causando variaciones visibles en la
materia, la cual toma la forma móvil geométrica pentagonal.
Nadie puede negar la existencia de grandes cambios climáticos, cada vez
más extremos, que ponen en alerta al mundo científico. En el mes de
marzo estos cambios provocaron un huracán en el hemisferio sur, frente
a las costas de Brasil. Un fenómeno único que ha dejado a los
meteorólogos del mundo estupefactos.
Por otro lado, los investigadores de la NASA han detectado
significativos cambios en el sistema solar y que varios planetas han
sufrido incrementos en el brillo de sus atmósferas.
Teniendo en cuenta que el Sol ha aumentado su actividad desde 1940, las
fluctuaciones magnéticas, los cambios climáticos y la actividad
geológica que se dan en nuestro propio planeta no son más que una
ratificación de que hace varios años estamos viviendo un proceso solar.
El Sol eleva el nivel vibratorio
¿Qué significa todo esto? Para resumir, básicamente significa que un
flujo de energía de origen desconocido no sólo está penetrando en
nuestro planeta, sino que está haciendo subir su patrón vibratorio y,
con este, el de todo lo que el planeta contiene, incluídos sus
habitantes.
El calentamiento del globo, el agujero de la capa de ozono o el
inexplicable fenómeno al que se enfrentan psicólogos de todo el mundo
al comprobar como los coeficientes intelectuales de los niños nacidos
recientemente crecen por encima de la media -sin que haya causa
aparente para ello- pueden ser otros sintomas de que un flujo de
energía e información está comenzando a transformar nuestro planeta. De
nuestra capacidad para vibrar en armonía con él puede depender nuestra
supervivencia o el que venga a sustituirnos una especie que encaje
mejor con el nuevo patrón.
A pesar de la incomprensión, cuando no el abierto acoso por parte de
las instituciones académicas oficiales, decenas de personas trabajan
actualmente para abrir caminos en un campo que podría conducir a la
humanidad hacia la tan anhelada "Edad de Oro".
En un momento en el cual la tecnología y la ciencia en que se basa
parecen estar a punto de tocar techo, tal vez haya llegado el momento
de que la humanidad experimente un salto evolutivo que la conduzca a
nuevas formas de organización social, política y económica. De ser así,
lo más apropiado sería que lo hicieramos voluntariamente para evitar
que la transición resulte dolorosa y traumática.
En este contexto, es comprensible que el poder establecido esté
dispuesto a todo para evitar que este conocimiento trascienda, porque
acarrearía la crisis definitiva de la actual cultura y el nacimiento de
otra forma de pensar y de vivir, en cuyo marco no habría espacio para
el sistema vigente, vertebrado sobre el trabajo remunerado. El reino de
la necesidad daría paso a un reino de libertad sin precedentes. Pero en
ese caso, quienes actualmente ostentan el privilegio del poder, lo
perderían.
http://www.epu21.com/NS/planetax_mk2/index.html
Por Brad Hunter