Finalmente se ha conseguido cartografiar y probar la
existencia de las montañas más secretas del planeta: las montañas
Gamburtsev. Una cordillera que los científicos acaban de definir como “los
Alpes de la Antártida”, con grandes valles, profundas montañas…e
incluso lagos. De 700x250 km. Pero con una característica: la cordillera
está enterrada bajo 4 km de hielo, en mitad de la llanura antártica.
“Lo más sorprendente no es que la cordillera tenga una
extensión del tamaño de los Alpes, sino sobre todo que tenga un aspecto
muy similar al de las altas montañas de Europa, con picos elevados y
valles profundos”
Quien así habla es Fausto Ferraccioli,
geofísico del British Antartic Survey, que ha participado en el proyecto
AGAP (Antarctica’s Gamburstev Province) llevado a cabo por un grupo de
científicos de Australia, Gran Bretaña, Canadá, China, Japón y Estados
Unidos, y que tras más de 120.000 km de vuelo (3 vueltas al mundo) a bordo
de un avión equipado con sensores de radar y gravedad, y permanecer en la
zona durante bastante tiempo, ha conseguido cartografiar la cordillera
enterrada bajo 4 km de hielo.

Se instalaron en la zona dos
campamentos a más de 4.000 metros de altura, y aunque la zona es llana,
tiene ligeras ondulaciones, y cada campamento estaba a un lado de la
“cúpula” más alta del casquete, el “Dome A”.
Hace ya 50 años que unos científicos rusos detectaron
esas montañas en el corazón de la parte oriental de la Antártida, pero
poco se sabía de ellas. Ahora ya tienen su mapa, como cualquier otra
cordillera de la Tierra.
Una de las mayores sorpresas que los
científicos se han llevado ha sido que la cordillera funciona internamente
como cualquier otra: han detectado agua líquida. Ríos en los valles, lagos
subglaciales a 3 km de profundidad (1.000 metros de altura).
Sin
embargo científicamente, la creación de este mapa no cierra ninguna
incógnita: más bien la abre. ¿Por qué?
En primer lugar, una
cordillera de tal tamaño, al igual que los Alpes o el Himalaya, se forma
por la colisión entre las placas tectónicas entre continentes. Y esta
cordillera bajo el glaciar Gamburtsev tiene que tener esa misma
formación.
Los Alpes tienen sólo 50 ó 60 millones de años de
antigüedad, por eso se consideran montañas jóvenes. Pero la última vez que
la Antártida estuvo sometida a presiones de este tipo fue hace 500
millones de años…y sin embargo, presenta un perfil poco erosionado. Esta
falta de erosión puede significar que no ha estado expuesta a los agentes
erosivos durante estos 500 millones de años, lo que supondría que el hielo
siempre la ha cubierto. Y lo que sí parece demostrar es que el hielo
se ha formado de forma muy rápida, ya que si se hubiera formado
lentamente, éste habría tenido tiempo de morder y erosionar la
roca.
Ahora queda investigar cómo se forman de manera rápida
(geológicamente hablando) 4 km de agua helada.
Desde un punto de
vista no científico, la noticia pone los pelos de punta a cualquier amante
de la montaña, y del Planeta en general. El descubrimiento de unos Alpes
ocultos a los ojos humanos es una de esas cosas que nos demuestran que,
aunque a veces no lo parezca, la vida y la tierra nunca jamás dejarán de
sorprendernos y maravillarnos. www.antarctica.ac.uk