Luke McNamara, un estudiante universitario perteneciente a la clase trabajadora, se une a una fraternidad elitista y secreta conocida como "The Skulls", esperando conseguir ser aceptado en la escuela de derecho de Harvard. Su fascinación inicial se verá enturbiada por una serie de incidentes, entre ellos el suicidio de su compañero de cuarto, un estudiante de periodismo.
REVIVEN BACTERIAS CONGELADAS HACE 32000 AÑOS EN ALASKA.
Científicos norteamericanos
Reviven bacterias congeladas hace 32.000 años en Alaska
Sugieren la posibilidad de que organismos similares sean hallados en Marte
Se durmieron hace 32.000 años en un mundo helado poblado de mamuts, y en donde
los seres humanos estaban aún muy lejos de abandonar su vida nómade para
consolidar alguna forma de civilización. Entonces, nadie se dio cuenta de que un
puñado de bacterias había quedado aprisionado en una mezcla de hielo, tierra y
roca que resultó ser una perfecta máquina del tiempo.
Esas mismas bacterias son las que, luego de ser extraídas de las profundidades
de la tundra de Alaska, Estados Unidos, ahora nadan en tubos de ensayo delante
de la mirada de científicos que no pueden creer estar delante de organismos de
32.000 años de antigüedad, a los que nadie dudaría en calificar como la forma de
vida viva más antigua del planeta.
"En el instante en que se derritió el hielo, las bacterias comenzaron a nadar.
Estaban vivas, aunque habían estado congeladas por más de 30.000 años", relató
el doctor Richard Hoover, astrobiólogo de la NASA que dirigió el grupo de
investigadores que desenterró las bacterias ahora apodadas Carnobacterium
pleistocenium, cuya descripción acaba de publicar la revista International
Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology.
"Esta es la primera descripción taxonómica completa de un microbio extraído del
permafrost [mezcla permanente de hielo, tierra y roca] del pleistoceno [período
que comenzó hace 1.8 millones de años y finalizó hace 11.000 años]", escribió a
LA NACION por e-mail la doctora Elena Pikuta, microbióloga de la Universidad de
Alabama, Estados Unidos, a quien Hoover le encargó el estudio minucioso de las
bacterias prehistóricas.
Para Hoover, que se dedica desde hace años a la búsqueda de microorganismos
capaces de sobrevivir en condiciones extremas, el hallazgo sugiere la
posibilidad de encontrar en los hielos subterráneos de Marte formas
microscópicas de vida que permanecen dormidas desde tiempos remotos en que el
agua fluía a través de los ríos y los océanos del planeta rojo.
Despertar de un largo sueño
Aunque la historia se conoce sólo ahora, a raíz de la publicación científica que
da cuenta del hallazgo, las bacterias que sorprenden a los científicos vieron
por primera vez la luz en 2000. Por aquel entonces, Hoover y sus colegas
comenzaron a analizar las paredes de excavaciones realizadas a principios de los
70, al norte de Fairbanks, Alaska, para la construcción de un conducto
petrolero.
En las muestras de hielo allí extraídas, el investigador creyó en un principio
haber encontrado algas microscópicas capaces de vivir en temperaturas
extremadamente bajas. Nada fuera de lo habitual. Pero los primeros análisis
sugirieron que lo que contenían las muestras no eran organismos contemporáneos.
Hoover estaba frente a seres vivos de otra época. Y no sólo eso. El microscopio
revelaba que, a medida que el hielo que las aprisionaba se iba derritiendo, las
bacterias comenzaban a despertarse lentamente de un sueño de 32.000 años.
Más tarde, ya en manos de la doctora Pikuta, las bacterias no sólo confesaron su
edad. Esta microbióloga determinó que se trataba de "organismos anaeróbicos [que
no requieren oxígeno para vivir], sensibles a los antibióticos" actuales.
Ahora que el hallazgo ha sido dado a conocer, y en días en que los científicos
han confirmado la presencia de hielo en Marte, Hoover declaró: "La existencia de
estos microorganismos sugiere -aunque no promete- que es posible que algún día
descubramos formas de vida similares en los glaciares de Marte".
Por Sebastián A. Ríos
De la Redacción de LA NACION