Ricardo Ortega
De EscuadronesPorLaVerdad
Ricardo Ortega Fernández.
Nació en Cuenca en 1966. Ocupó las corresponsalías de Antena 3
Televisión en Moscú, desde dónde cubrió la guerra de Chechenia, la
ocupación soviética de Afganistán y la posterior guerra civil; y la de
Nueva York, donde se encontraba el fatídico 11 de septiembre de 2001.
Murió de dos disparos en marzo de 2004, mientras cubría una
manifestación en Puerto Príncipe (Haití).
El mejor homenaje a Ricardo Ortega, es decir la verdad.
Ahora que es tiempo de hipocresía, y que hasta las necrológicas
son manipuladas y manoseadas, decir la verdad constituye un mínimo
ejercicio de lealtad hacia quienes se juegan la vida por contar lo que
realmente sucede. Una honestidad profesional cada vez más difícil
cuando el trabajo periodístico depende de las órdenes y los salarios de
los propietarios de los medios. Estos, cada vez más, forman parte de
entramados de intereses económicos y políticos.
Y estos grupos empresarios no necesitan periodistas, necesitan amanuenses obedientes que solo escriban lo que les dictan.
Por eso Ricardo Ortega se había convertido en un periodista incómodo para el poder.
Reproducimos la columna de Rafael Poch, corresponsal de "La Vanguardia".
SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa.
8 de Marzo de 2004
"Salgo para Haití"
El periodista muerto en Puerto Príncipe había sido cesado en
otoño como corresponsal en Nueva York por petición expresa de La
Moncloa.
Rafael Poch (Pekín)
Ricardo Ortega, el periodista español muerto ayer en Haití,
había sido cesado en octubre como corresponsal en Nueva York de “Antena
3”, “por una presión expresa de La Moncloa”. Esas fueron las palabras
de Ricardo en uno de los últimos intercambios de correo que mantuvimos.
No fue una frase suelta, era un texto largo, con todo lujo de detalles
y lleno de reflexiones amargas.
Gracias a los periodistas muertos, el público puede irse
enterando de lo que es en realidad ésta profesión, en nuestra
democrática y transparente sociedad. Un mundo de censura, autocensura,
clientelismo y precariedad laboral. Un medio ambiente mediocre y
corrupto, como el de la época de Brezhnev en la URSS. Un universo en el
que ascienden los disciplinados y conformistas, con poco margen para el
espíritu crítico que surge de la honestidad y de la elemental
sensibilidad ante la injusticia.
Las crónicas de Ricardo durante la guerra de Irak no habían
gustado. Desentonaban con el infame alineamiento del gobierno del PP.
Ya le habían llamado la atención en varias ocasiones. En mensajes
anteriores me adelantó, que la cosa acabaría estallando. Pero con
Ricardo no era fácil. Era listo, inteligente. Sabía cómo maniobrar,
practicar el posibilismo, torear a los mediocres censores. Así, lograba
seguir diciendo cosas, incluso en una cadena de televisión de la España
actual.
“Lo que siempre me temí, ya ha llegado”, me anunciaba en
octubre. No tenía vuelta atrás, porque el cese venía “por una presión
expresa de La Moncloa”, decía. Pedía consejo. ¿Qué hacer?
Con la alegría de quien no se está jugando su propio puesto de
trabajo, le propuse el recetario de Don Quijote; poner en evidencia a
los censores con escándalo. Lo más importante es no hacerles el juego,
llamar a las cosas por su nombre. Llevar la honestidad hasta sus
últimos extremos. Será un glorioso desastre para tu carrera, porque te
sentirás orgulloso ante tu consciencia.
“Pidió una excedencia”, leo en las notas que se publican sobre
su trayectoria. Aparentemente, todo muy limpio. No fue así. Ricardo
calculó friamente sus posibilidades. Le interesaba más no romper con
“Antena 3”. Con algunos de sus jefes mantenía una excelente relación
personal. Se trataba de intentar seguir vendiendo reportajes a esa y
otras cadenas en calidad de autónomo... En nuestra correspondencia,
Ricardo me pidió absoluta discrección. Ahora ya no hay secreto que
valga. No habría citado todo esto, si no fuera por las inexactitudes
que rodean su necrológica. ¿Es posible disimular, sin traicionar mi
propio y grandilocuente consejo?
Lo más dificil es hablar friamente de Ricardo como periodista y
persona. Ha sido de lo mejor. Dos anécdotas chechenas. Buscando un
lugar para grabar una entradilla en los alrededores de Grozny, con su
cámara (Kique o Manolo). Deciden subirse a la terraza de una casa
destruida, a unos cien metros del lugar en el que se encuentran.
Comienzan a caminar, y, en ese momento, cae un proyectil de artillería
que destruye lo que quedaba de la casa y su terraza. Cuestión de pocos
minutos. Otra, en los alrededores de Argún, en compañía de guerrilleros
en campo abierto. Son detectados por un helicóptero ruso que comienza a
ametrallarles. El único accidente del terreno es un riachuelo. Ricardo
se mete en él junto con su cámara. El agua helada les llega a la
rodilla y están solos. No hay follaje, son un blanco claro y fácil. El
helicóptero, que distingue perfectamente la cámara, maniobra para
enfilar de frente la vaguada. Ahora ya no hay cobertura ni error
posible. En el momento en que va a empezar a disparar, el helicóptero
es derribado por un guerrillero... con un lanzagranadas. Una especie de
milagro. “!Allah Akhbar!”.
Ricardo fue el mejor en Chechenia. Todos vivíamos de él, de
sus contactos y relaciones. Conocía a todos los comandantes. Era una
persona que inspiraba confianza a aquellos fieros personajes, mitad
héroes, mitad hidalgos, mitad bandidos. Era un tipo valiente. Estaba
acostumbrado a jugarse la vida por informar.
En Afganistán fue el primero en llegar a Talukán, cuando esa
capital de provincia fue recuperada por el ejército del fallecido
Masud. Ricardo accedió a la ciudad atravesando campos de minas, muy a
su pesar. “Cuando me di cuenta, era más peligroso retroceder que
continuar”. Siempre me salía el mismo comentario: “pero, Ricardo, ¿tú
crees que vale la pena tanto riesgo y sacrificio por una televisión tan
mediocre?”. No era un “guerritas”, ni un inconsciente ávido de gloria
periodística. Era el oficio.
Diecinueve meses antes habíamos entrevistado a Masud cerca de
Talukán, en la visita más peligrosa a Afganistán que recuerdo. El 11 de
septiembre de 2001, dos horas antes del atentado contra las torres
gemelas, Ricardo, que para entonces ya trabajaba en Manhattan, me
telefoneó a Moscú. Dos días antes habían matado a Masud en un atentado
suicida muy poco afgano y Ricardo estaba ”mosca”, me dijo. Otra de sus
grandes cualidades periodísticas era la intuición. “¿Se estará
preparando algo en Afganistán?”, se preguntaba. La respuesta la obtuvo
aquel mismo día en Nueva York, junto a su oficina.
Ricardo Ortega había buscado contactos con la red de Ben Laden
en Florida antes del 11-S. En Nueva York hay bastantes taxistas afganos
y todo había empezado con una carrera casual por Manhattan con uno de
aquellos taxistas, con quien había entablado conversación en ruso sobre
Afganistán. El taxista le dio alguna pista y le dejó su teléfono.
Ricardo hizo varias llamadas a aquel teléfono antes del 11-S. Luego se
enteró de que su nombre figuraba en las listas de sospechosos del FBI,
que había indagado sobre su persona ante el CESID a causa de aquellas
llamadas.
Todo esto me lo explicó en el contexto de una conversación
mucho más interesante, general y profunda sobre Estados Unidos, país
con el que, naturalmente, estaba fascinado. Una fascinación
inteligente, desde el cinismo y escepticismo resultado de nuestra común
experiencia moscovita. Nada que ver con las bobadas del “sueño
americano” y todo eso.
Ricardo se dio cuenta enseguida de que la política americana
-lo que se cuece realmente en los pasillos del poder- es algo
tremendamente opaco y secreto, sin apenas nada que ver con lo que
ventila la “prensa más libre del mundo”. Contra lo que se piensa, los
americanos están pésimamente informados sobre su política y sobre el
mundo en general. Sus medios de información consumen fundamentalmente
el pienso que les ofrece la política informativa de su gobierno,
incluidas filtraciones confidenciales o accidentales, que sirven para
dirigir la atención hacia las convenientes falsedades. Recordemos los
cuentos anteriores; el “expansionismo soviético”, la “amenaza china en
Asia”, el “efecto dominó” y sus fantasías en las portadas de “Time”,
“Newsweek” y los demás; el inexistente “incidente del Golfo de Tonkin”,
que sirvió para iniciar la guerra de Vietnam. Todo eso ayuda a situar
hoy la “guerra contra el terrorismo”, la “amenaza de Corea del Norte”,
las “armas de destrucción masiva de Saddam”, etc, etc. Gracias a esos
medios, los ciudadanos de ese país creen, en serio, que Saddam
representaba una amenaza de destrucción masiva para Estados Unidos, no
para Kuwait, ni para Israel, o Irán, para Estados Unidos, y que estaba
vinculado a redes terroristas.
“Al lado de esto, lo del Kremlin es un cuento de niños”, me
dijo Ricardo. Efectivamente, en Moscú, podíamos seguir las líneas
maestras de la política rusa a grandes rasgos. Políticos y analistas
con información de primera mano eran accesibles. “Nada de eso ocurre
aquí, este es un mundo hermético, sin apenas fisuras”. Entrevistar a un
polítologo retrógrado de tercera categoría, o a un ayudante de senador,
es complicadísimo en Washington para un medio español. Intuitivamente,
Ricardo se acercaba así a conclusiónes parecidas a las del Profesor
disidente, Noam Chomsky, una de las mentes más sanas y preclaras de ese
gran país, que está llamando la atención hacia la conversión de Estados
Unidos en una especie de estado totalitario, con intelectuales y medios
de comunicación bien pagados de vocación orwelliana. Nosotros, en
España, seguimos esa estela.
Otra consideración interesante sobre Ricardo Ortega es cómo
llegó al periodismo. Su trayectoria demuestra que un buen periodista
surge de lo más insospechado. Ricardo había estudiado físicas en Moscú
y comenzó trabajando como intérprete en la delegación de la agencia
Efe. De ahí pasó a hacer algunas fotos y a redactar algunos despachos,
hasta que Lourdes García, que entonces llevaba la corresponsalía de
“Antena 3” en Moscú, se quedó embarazada de nuestra segunda hija. Como
periodista, Ricardo fue resultado de mi hija Elisa, una gloriosa
carambola. La mejor consecuencia. Un lujo.
La tendencia a elogiar al querido compañero muerto puede
parecer irresistible. No lo es al escribir estas líneas tan tristes. La
profesión periodística es dura, individualista y competitiva. No suele
expresar nuestras mejores cualidades. En ocho años de contacto con
Ricardo, no recuerdo un sólo episodio mediocre. Mucha generosidad,
nobleza de carácter, muchas risas y mucho ingenio. Sus padres, pueden
sentirse orgullosos.
Los menos valientes nos sentíamos arropados con Ricardo. Viajar
con él hacia la aventura, era una cierta garantía de seguridad. Era un
tipo carismático, que inspiraba confianza y seguridad. Lo que le ha
ocurrido en Puerto Principe ha sido mala suerte. Sin haber estado allá,
se cómo fue su muerte. Conociéndole no tengo ninguna duda acerca de sus
últimos momentos antes de ser herido: midió la situación, tomó la mejor
decisión posible en aquel instante y a continuación le alcanzaron las
balas. Es como cuando un buen conductor tiene un accidente de tráfico.
Mala suerte.
Su último mensaje me anunciaba, la semana pasada, su próxima
visita a Taiwán con motivo de las elecciones. “Me ha tocado un viaje
gratis para cubrir las elecciones en una rifa de la ONU”, decía. Un
viaje organizado y financiado por la “diplomacia de los dólares” de
Taipei, ahora que se había quedado sin el sueldo de “Antena 3”. Y la
última línea, “Salgo para Haití”.
"La Vanguardia", 9 de marzo de 2004.
Enviado por SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa.
serpal@wanadoo.es
www.serpal.info
9 de marzo de 2004.
11 de Septiembre de 2001
Los vídeos de antena 3 de los eventos del 11S retransmitidos por Ricardo Ortega, han sido eliminados de youtube.com ¿Alguien los tiene? Podría dejar el nuevo enlace, gracias: [1] [2]. [3].
R.O. = Ricardo Ortega
M.P. = Matias Prats
R.O. - Hola buenas tardes Ernesto, están dando información ahora
sobre esas imágenes que habéis podido ver, de cómo se desmoronaba una
de la Torres Gemelas, PARECE SER QUE HA SIDO UNA TERCERA EXPLOSIÓN,
UNA TERCERA EXPLOSIÓN, ES LA QUE HA ORIGINADO, LA QUE HA HECHO
PRÁCTICAMENTE AÑICOS Y HA DEJADO INEXISTENTE UNA DE LAS TORRES GEMELAS.
Más medidas de precaución en Chicago, la ciudad de los rascacielos, la
torre Sears está siendo evacuada y otros gigantes de metal y cristal
están siendo evacuados también porque existe pánico también pensando
que se podría atentar contra otros rascacielos de Chicago.
M.P. - Ricardo, o sea que me dices que ha sido una TERCERA EXPLOSIÓN sobre esa Torre que ya estaba en difícil circunstancia para mantenerse en pie.
R.O. - en difícil equilibrio, no se indica si es una explosión provocada.....
M.P. - Todo cambia a lo mejor
R.O. - .... o ha sido un efecto de la colisión, pero MIRANDO
DETENIDAMENTE LAS IMÁGENES DA LA IMPRESIÓN EN EFECTO DE QUE, DE QUE SE
PRODUCE UNA VIOLENTA EXPLOSIÓN HACIA LA MITAD DE LA TORRE Y SE DESMORONA.
R.O. - Matias, estoy viendo ahora, vamos a ver, en Manhattan, hay
una gran nube de humo en la zona de WallStreet, pero lejos, separado de
las Torres Gemelas, no es en las Torres Gemelas, son unos edificios más
bajos, parece que SE HA PRODUCIDO ALGUNA OTRA EXPLOSIÓN, es una humareda de una densidad mucho mayor que la que hay en la Torres Gemelas …
M.P. - Sí, sí, sí, esto es completamente distinto a la Torre Gemela, solamente por el humo que se ha producido,…
R.O. - Sí.
M.P. - POR EL COLOR DE ESE HUMO Y SU DENSIDAD; OBSERVA COMO SUBE MUY DESPACIO, MUY DESPACIO, ES OTRA CLASE DE EXPLOSIÓN.
R.O. - Sí, PARECE QUE ES OTRA CLASE DE EXPLOSIÓN QUE SE
HAYA PRODUCIDO CASI A RAS DEL SUELO, O EN UN EDIFICIO BAJO, A UNA
DISTANCIA DE VARIOS CENTENARES DE METROS DE LAS TORRES GEMELAS…..LO QUE
PARECE DESCARTAR QUE HAYA SIDO ALGO QUE HAYA CAÍDO DE LA PARTE ALTA DE
LAS TORRES, ESTA SUFICIENTEMENTE SEPARADO COMO…
M.P. - No, no, no, Ricardo, ESO NO PROVIENE DE LAS TORRES ¡EH!, ESO NO PROVIENE DE LAS TORRES.
R.O. - No
M.P. - Está muy distante….
R.O. - Está muy distante….
M.P. - Tendría que haber sido…ni siquiera a la antena a la que
hacíamos referencia hubiera producido una reacción como la que estamos
observando.
R.O. - No, no, y la antena….
M.P. - y la antena sigue ahí….. Dios Santo, No, no sabemos….
R.O. - Esto es muy cerca del rio, es de la,…es de la costa… de
la, de la parte oeste de Manhattan, del rio Hudson…Es otra zona
financiera también con…., son prácticamente todos edificios
financieros, oficinas que trabajan con Wall Street, brokers,
Inversores. Sí, sí, es otra vez en el corazón del distrito financiero
de New York…
M.P. - Bueno estaríamos pendientes a que se hubiera caído parte de la Torre.
(7:40 entra Saenz de Buruaga, cortando el dialogo de las nuevas explosiones).
Bueno tenemos ya con nosotros al director de informativos de A3
que se suma a esta narración de los acontecimientos que se están
produciendo, que venimos contando prácticamente desde las 3 de la
tarde, cuando se produce la primera explosión, el primer impacto.
Imágenes en directo que hemos tratado de narrar, de contar a nuestros
telespectadores de los informativos de medio día. Buenas tardes.
E.S.B. -Hola Matias, es impresionante, sobrecogedor,
impactante, en la opinión pública española, realmente está causando…
(bla, bla bla,….)
(8:34)
M.P. -a ver, me dicen que es el edificio. Efectivamente ahí
está, la confirmación. Ricardo es el edificio el que se ha venido
abajo. Ernesto …
Linea temporal
00:00 Intro 01:29 Headlines for November 22, 2004 13:00 Al-Jazeera Reporter Among 10 Al-Qaida Suspects Jailed in Spain 25:40 Spain's Political Landscape: How the Spanish Gvt. Radically Shifted From Conservative to Progressive 45:30 The Killing of Ricardo Ortega: Witnesses Say U.S. Marines Fatally Shot Spanish Journalist in Haiti 45:30 El Asesinato de Ricardo Ortega: Testigo dice que los Marines dispararon al periodista español en Haití 54:58 Europe's New "Bill of Rights" - European Parliament Approves New EU Constitution
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