A
lo largo de este documental se hace un recorrido desde los orígenes
hasta el día de hoy en lo relativo a la energía libre y las diferentes
tecnologías para captar esta energía. Se inicia con la época de Nikola
Tesla y se presentan varios investigadores, ingenieros e inventores que
a lo largo del siglo XX han trabajando y conseguido captar esta energía
del campo de punto cero. Se muestran diferentes tipos de motores
electromagnéticos que funcionan exclusivamente de la energía captada
del vacío cuántico. También se habla de antigravedad, como el efecto
Hutchison, descubierto por John Hutchison. Recomiendo muy mucho dedicar
el tiempo a ver este documental, no sólo una vez sino varias, ya que es
una fuente de información y también de educación.
Ex Presidente de Italia - el 11/S fue obra de la CIA.
El 30 de Noviembre, el ex- presidente de Italia, Francesco Cossiga, escribió en el periódico más grande de Italia "Corrierre della Sera" : [Bin
Laden supuestamente confeso ] a los atentados de Al Qaeda en septiembre
a las dos torres en Nueva York diciendo que el era el autor del ataque
de los 11, mientras que todos los [ servicios de inteligencia ] de
América y de Europa... ahora saben bien que el ataque desastroso se ha
planeado y se ha realizado desde la Cia Americana y la Mossad con la
ayuda del mundo sionista para poner bajo acusación a los países árabes
y para inducir a los poderes occidentales a participar... en Iraq [ y ]
Afganistán. Traduccion del articulo en espanol http://paz-digital.org/new/content/view/6216/2/
Obama protege a los torturadores de la CIA .Vea la noticia.
La administración Obama se ha comprometido a no perseguir a los
agentes de la CIA implicados en torturas. El departamento de justicia
de Estados Unidos, EEUU ha anunciado que no habrá castigo para los
miembros de la agencia de inteligencia que practicarón torturas durante
la epoca de Bush.
- Fenix TV -
AVISO LEGAL:
"La
utilización de este material mediático está protegida por la Clausula
de Uso Justo, contenida en el Acta de los Derechos de Reproducción y
Copia de 1976, la cual PERMITE LA REDIFUSIÓN DE MATERIALES PROTEGIDOS
POR DERECHOS DE REPRODUCCIÓN CUANDO SON UTILIZADOS CON PROPÓSITO
EDUCATIVO, DE ANÁLISIS O DE CRÍTICA Y COMENTARIO." De el canal CensurameCobarde
LAS LLAMADAS BOMBILLAS DE BAJO CONSUMO SON PELIGROSAS PARA LA SALUD.
Articulo de la prestigiosa revista Discovery Salud,que mensualmente podeis encontrar en los kioskos,en la cual no hay mes que no encuentre articulos de sumo interes.
En el momento de
imprimirse este número de la revista cientos de miles de españoles habrán
comenzado a recibir en sus casas vales para canjearlos gratuitamente por una bombilla
de bajo consumo. Luminosa idea de nuestro no menos brillante Ministro de Industria, Turismo y Comercio
Miguel Sebastián que en un día de especial iluminación debió pensar que así contribuía a solucionar la
crisis energética. Aunque tales bombillas (CFL según la denominación internacional)produzcan
una polución electromagnética notablemente mayor que las convencionales y
muchas personas reaccionan a ellas con dolores de cabeza que, al cabo de muchas
horas, pueden en casos extremos llegar a provocar convulsiones, náuseas e,
incluso, reacciones más graves. Bombillas que además son del mismo tipo que las
fluorescentes y tendrán que ser recicladas luego en contenedores especiales
porque contienen ¡mercurio!
Si este reportaje versara sobre laboratorios que se dedican a
investigar sustancias tóxicas o virus peligrosos a nadie le extrañaría leer
como parte de las medidas a tomar en caso de ruptura del envase las
advertencias de que es preciso Desocupar
la habitación y ventilarla durante al menos 15 minutos. No usar una aspiradora.
Limpiar utilizando guantes de goma y evitar la creación e inhalación de polvo
del aire. Recoger todas las partículas y fragmentos de vidrio y colocarlos en
una bolsa de plástico. Limpiar el área con un paño húmedo y a continuación
ponerlo en una bolsa y sellarla. La bolsa no se debe tirar a la basura. Todos
los ayuntamientos tienen la obligación de disponer de las medidas necesarias
para la eliminación de los residuos peligrosos. Sin embargo tales
instrucciones no son las medidas a tomar en un laboratorio de alta seguridad
sino las aconsejadas por el Department
for Environment, Food and Rural Affairs (DEFRA) encargado de la
protección ambiental en el Reino Unido para el caso de que una bombilla -como
la que regala a cada español el Ministerio de Industria- se rompa en pedazos
accidentalmente ya que liberaría ¡polvo de mercurio! en el ambiente.
Hay evidencias de que una
iluminación baja puede dar lugar a un mayor número de caídas en personas con
poca visión, afirma Larry
Benjamin. Palabras que no se corresponden con un fragmento de
la película A ciegas
basada en la novela de José
Saramago sino que corresponden a la reflexión de un prestigioso
miembro del Royal College of
Ophthalmologists británico sobre las llamadas bombillas de bajo
consumo porque lo que tampoco se cuenta es que ¡iluminan mucho peor!
Estamos preocupados
por los riesgos para los pacientes sensibles a la luz que tienen severos
trastornos en la piel. Y tampoco esta frase es el extracto de un
relato de ciencia ficción sobre la pérdida de la capa de ozono en el planeta
sino la respuesta de Harry
Moseley -consultor científico en la escocesa Universidad de Dundee- a
la pregunta que le hizo la BBC
sobre sus efectos porque resulta que además ¡emiten radiación ultravioleta!
En suma, una vez más los políticos han situado el dinero por delante de nuestra
salud. Porque la decisión de combatir el calentamiento global y la crisis
económica con estas nuevas bombillas está ya tomada con el argumento de que
consumen entre un 75% y un 80% menos de energía y su vida media es mucho mayor
que la de las incandescentes. Lo que si bien puede ser cierto en el caso de una
oficina no lo es en un hogar donde éstas se encienden y apagan continuamente
porque eso acorta su vida. En cualquier caso lo realmente importante es que se
está ocultando que tienen serios inconvenientes para la salud. Básicamente por
tres razones: porque emiten radiofrecuencias biológicamente dañinas, porque
emiten radiaciones ultravioletas peligrosas en distancias cortas y porque
llevan mercurio sustancia tóxica y cancerígena- con el peligro que eso supone
en caso de ruptura (sin olvidar los problemas que acarrea su reciclaje). Además
existen serias sospechas de que esas radiaciones y su centelleo -producto de
las altas frecuencias generadas- puede provocar migrañas, fatiga, confusión,
vértigo, zumbido en los oídos, problemas en los ojos, náuseas e irritaciones de
la piel además de agravar la sintomatología de las personas sensibles a los
campos electromagnéticos. Que son cada vez más, por cierto.
En cuanto al argumento de que resultan más económicas a la larga cabe añadir
que eso será si no se nos rompen ya que además de los peligros para la salud
cada accidente de ese tipo bastante habitual porque basta dar un simple
golpe a la bombilla para que ello pueda ocurrir como todos sabemos- nos saldrá
por un ojo de la cara.
EL TÓXICO MERCURIO
En suma, las simples medidas de precaución que exige manejar estas bombillas
hacen incomprensible la decisión de generalizar su uso entre la población.
Porque cada CFL contiene entre 3 y 5 miligramos de mercurio, mineral altamente
tóxico y peligroso cuando se libera en el medio ambiente. En especial para el
cerebro, el sistema nervioso, el hígado y los riñones aunque igualmente puede
dañar el aparato cardiovascular, el sistema reproductivo y el sistema inmune
además de ser causa de temblores, inestabilidad emocional, pérdida de memoria,
insomnio, problemas neuromusculares, dolores de cabeza, alzheimer y cáncer.
Aunque son los fetos, bebés y lactantes los más vulnerables ya que su
exposición al mercurio influye muy negativamente tanto en el desarrollo de su
cerebro como del sistema nervioso.
Quienes tratan de restar importancia a este hecho argumentan que su presencia
es muy pequeña pero o mienten o ignoran que no se ha establecido una cantidad
segura de mercurio y que, de existir, estaría en el nivel de los microgramos y
las CFL contienen entre ¡tres y cinco mil miligramos! (recordemos que un
microgramo es la milésima parte de un miligramo).
El límite del
Canadian Water Quality (CWQG) para
proteger la vida de agua dulce señala la investigadora canadiense Magda Havas- es de 26 nanogramos de mercurio
inorgánico por litro de agua. Lo que significa que una bombilla CFL puede
contaminar 190.000 litros de agua a niveles que superan las directrices de
calidad de nuestra agua! (un nanogramo es la milésima parte de un
microgramo y, por tanto, la millonésima parte de un miligramo).
Según el Institut National
de Recherche et de Sécurité (INRS)
francés para la prevención de accidentes y enfermedades
profesionales la inhalación por un perro de aire que contenga una décima parte
de miligramo por metro cúbico de mercurio le provoca a las seis semanas
problemas neurológicos y renales irreversibles. Y una sola bombilla rota
vaporizaría 5 mg contaminando un área de 50 metros cúbicos. Insistimos: el
contenido de ¡una sola bombilla!
Es evidente que la exposición al mercurio contenido en el interior de las CFL
sólo puede producirse en caso de que la bombilla se rompa pero eso puede pasar
fácilmente. Un estudio realizado en el estado norteamericano de Maine llevó a
la Agencia de Protección de
Medio Ambiente estadounidense a modificar sus recomendaciones
porque se demostró que en caso de rotura, incluso cuando todas las precauciones
son tomadas a la hora de limpiar, las concentraciones de mercurio en la
habitación donde una lámpara se rompe permanecen elevadas. Y es así porque el
mercurio se adhiere a todo tipo de fibras textiles -alfombras, cortinas, ropa,
etc.- que después pueden desprender vapores de mercurio durante mucho tiempo.
De hecho aunque gobiernos como el norteamericano, el canadiense y el británico
han tratado de restar importancia al peligro de la rotura de estas bombillas
sus recomendaciones por escrito no son precisamente tranquilizadoras. Y es que
si las medidas aconsejadas por el Department
for Environment, Food and Rural Affairs (DEFRA) antes descritas
asustan lo que dice la Agencia
de Protección de Medio Ambiente estadounidense aún es más
preocupante por lo exhaustivo de sus explicaciones (lea el recuadro adjunto para comprobarlo).
Especialmente en los casos de bebés y niños. Así lo explica el informe Shedding Light on Mercury Risks from
CFL Breakage (Arrojando
luz sobre los riesgos del mercurio en caso de rotura de las CFL)
elaborado por el doctor Edward
Groth para The
Mercury Policy Project en febrero del 2008 : Los bebés y niños pequeños
afirma el autor- son más
vulnerables a las exposiciones de mercurio en el aire porque su pequeño tamaño
corporal y sus tasas de respiración más rápida les hacen inhalar mayores dosis
que las que un adulto obtiene de la inhalación de aire con la misma
concentración de mercurio. El vapor de mercurio es más pesado que el aire y su
concentración en el aire interior tiende a ser más alta cerca del suelo. Los
bebés y niños pequeños gatean, se sientan, caminan, juegan y respiran sobre o
cerca del suelo por lo que pueden estar más expuestos a los vapores de mercurio
tras la ruptura de una CFL.
Y, por supuesto, si las usa olvídese a partir de ahora de tirarlas a la basura
cuando se fundan. En España los aparatos de alumbrado, las bombillas
incandescentes y las bombillas de bajo consumo están sometidas desde el 2005 al
Real Decreto 208/2005, de 25
de febrero, sobre aparatos eléctricos y electrónicos y la gestión de sus
residuos que obliga a depositarlos en lugares precisos. Cuando el usuarioadquiera un nuevo producto explica
el Gabinete de Comunicación del Ministerio de Industria- el aparato de desecho puede entregarlo
en el comercio en el que efectúe la nueva compra. Los ayuntamientos de más de
5.000 habitantes deben asegurar la recogida selectiva de los residuos de
aparatos eléctricos y electrónicos procedentes de los hogares. Y los de menos
de 5.000 habitantes se rigen de acuerdo con la normativa de su respectiva
comunidad autónoma. Por cada bombilla se paga un cargo denominado Cargo
RAEE (residuos de aparatos
eléctricos y electrónicos) de 0,3 destinados a su reciclado y recogida al
final de su vida útil.
Ahora bien, ¿siguen esa recomendación todos los que usan este tipo de bombillas?
Vamos a omitir la respuesta porque es obvia pero los aludidos deberían saber
que si terminan en un vertedero corriente el mercurio puede contaminar el aire
y filtrarse en el suelo contaminando los acuíferos subterráneos. Si terminaran en los vertederos varios
miles de lámparas fluorescentes se plantearía un grave problema de salud ha
denunciado sin tapujos la doctora de la Universidad
de Portsmouth (Reino Unido) Michelle
Bloor-. El
mercurio podría escapar y entrar en la cadena alimentaria. ( ) Y el problema es
que muchos concejos municipales no saben qué hacer para deshacerse de las
lámparas fluorescentes. Sólo 6 de los 17 con los que hablamos son conscientes
de las normativas.
EMISIONES RADIOELÉCTRICAS
En cuanto a las emisiones radioeléctricas lo hemos denunciado multitud de
veces: no son inocuas. Son peligrosas para la salud. Dependiendo el riesgo de
la distancia y la potencia. Y es que sus efectos biológicos van más allá de los
simples y medibles efectos térmicos, los únicos oficialmente considerados tanto
por la normativa española como por la europea. Lo cierto es que pueden causar,
entre otros problemas, dolores musculares y articulares, dolores de cabeza,
náuseas, trastornos del sueño, problemas respiratorios, erupciones, ansiedad,
depresión y problemas neurodegenerativos y vasculares así como cáncer.
Dicho esto añadiremos que las bombillas de bajo consumo presentan emisiones
radioeléctricas de alta frecuencia que en muchos casos pueden generar campos
electromagnéticos superiores a los permitidos por la propia normativa oficial,
ya de por sí muy permisiva. La energía de 50 Hz que toma un dispositivo de la
red puede ser multiplicada en función de su uso. Por ejemplo, el horno
microondas emite ondas electromagnéticas con una frecuencia de hasta varios GHz
para poder cocinar; es decir, más de 1.000.000.000 Hz (mil millones de ciclos
por segundo) a pesar de estar conectado a una toma de energía de 50 Hz. Pues
bien, la bombilla de bajo consumo (CFL) utiliza en Europa energía eléctrica a
una frecuencia de 50 Hz pero produce frecuencias mucho mayores. La bombilla CFL nos
aseguraría Pablo Mata, responsable
del Departamento I+D de New
Energy Ways- necesita
para su correcto funcionamiento producir una señal con una frecuencia que puede
superar los 50.000 Hz. Es decir, más de 1.000 veces la frecuencia de la red
eléctrica. El hecho de que una bombilla CFL genere frecuencias 1.000 veces
superiores a los 50 Hz de nuestra red supone que los límites de referencia
establecidos para 50 Hz por la International Commission on Non Ionizing
Radiation Protection (INCIRP) ya no van a ser los únicos aplicables para la
bombilla CFL porque a 50.000 Hz de frecuencia la perturbación que recibimos en nuestro
organismo es más intensa que a 50 Hz.
En julio del 2007 científicos y responsables de la organización española Arca Ibérica presidida por
Enrique Sanz
y miembros del Centre de
Recherche et d'Information Indépendantes sur les Rayonnements
ElectroMagnétiques (CRIIREM) dirigidos por el doctor Pierre Le Ruz
realizaron en la población valenciana de Alcossebre un estudio sobre las
bombillas de bajo consumo conectándolas a tomas eléctricas habituales (230
voltios- 10 amperios- 50 hertzios). Ambas organizaciones colaboran desde hace
varios años en estudios sobre los efectos en la salud de los campos
electromagnéticos radioeléctricos (entre 100 kilohertzios y 3 gigahertzios)
tratando de conseguir un cambio de la normativa a nivel europeo. Pues bien, sus
resultados demostraron que las bombillas de bajo consumo emiten, una vez
encendidas, importantes radiaciones radioeléctricas mientras las bombillas
clásicas, en las mismas condiciones (230 voltios y 50 hertzios) no emiten
ninguna. Sus conclusiones fueron las siguientes:
-Que el ruido de fondo-radiofrecuencia in situ en campo libre en el marco de
la experimentación es del orden de 0,2 V/m.
-Que las lámparas clásicas, sea cual sea la distancia de las medidas y su
potencia (100, 60 o 40 vatios) no hacen variar significativamente el ruido de
fondo-radiofrecuencia cuando están encendidas.
-Que las lámparas de bajo consumo, en función de su potencia (20, 15, 11, 7 y 5
vatios) y de la distancia de medición, elevan considerablemente las radiaciones
radioeléctricas al encenderse. Por ejemplo, los valores detectados varían desde
180 V/m a 4 V/m en los 20 primeros centímetros para potencias de 20 a 11
vatios. Para potencias de 7 a 5 vatios estos valores son menores pero varían de
34 V/m a 2 V/m en los 20 primeros centímetros y hay que separarse un metro para
volver al valor del ruido de fondo de 0,2 V/m.
Según el estudio la causa de la emisión de radiaciones radioeléctricas
proveniente de las bombillas de bajo consumo estaría en los circuitos
electrónicos integrados por numerosos componentes, alojados en los casquillos
de las bombillas. Y a pesar de que un blindaje adecuado permitiría reducir las
emisiones radioeléctricas los autores del estudio no encontraron ninguno en las
bombillas de uso corriente estudiadas.
Algunas de las mediciones detectadas -sobre todo las registradas en la parte
alta de la horquilla como 180 V/m o 34 V/m- están además muy por encima de la
propia Recomendación
del Consejo de Europa de 12 de julio de 1999 referente a la limitación de la
exposición del público a los campos electromagnéticos cuyo nivel de
referencia más severo es de 28 V/m y siempre para evitar sólo los efectos térmicos
de las radiaciones radioeléctricas. Pueden llegar a ser pues hasta ¡300 veces
superiores! a las últimas recomendaciones de los científicos que alertan de los
peligros de los campos electromagnéticos para quienes el límite admisible
biológicamente estaría en 06 V/m.
También otros laboratorios
señalaría Pierre Le Ruz- han
hecho pruebas que dieron lugar a conclusiones similares, con valores entre 80 y
380 voltios por metro cuando el valor límite en vigor es de 28 voltios por
metro. Un problema que se plantea sobre todo a corta distancia y en el momento
de la iluminación donde se registra un pico. Lo mejor es mantenerse pues a más
de metro y medio de ellas.
Incluso a la hora de proteger la salud
de otros dispositivos electrónicos la normativa es más severa que para velar
por la salud humana. En la Directiva
2004/108/CE del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la Compatibilidad Electromagnética (CEM)
de los equipos electrónicos y eléctricos los niveles límite son de 3 V/m o,
incluso, de 10 V/m con el fin de evitar cualquier perturbación electromagnética
de equipos y sistemas.
Es decir, lo oficialmente recomendable para no estropear otros equipos
electrónicos son 3 V/m. Y para proteger a las personas 28 V/m (lo que parece
indicar que debemos ser bastante menos importantes que las máquinas). Bueno,
pues resulta que algunas de las bombillas de bajo consumo pueden llegar en las
proximidades de nuestra cabeza ¡a 180 V/m! No son de extrañar por tanto las
recomendaciones finales de los autores del citado estudio que no dudan en
decir: Debido a los valores
detectados correspondientes al funcionamiento de las lámparas de bajo consumo
(230 voltios - 50 hertzios) hay que alertar seriamente a: -Las personas que utilizan
este tipo de lámparas -por ejemplo como lámpara de cabecera, muy cerca de sus
cabezales, en sus mesas de trabajo o en sus despachos- porque pueden estar
expuestas, según la distancia y potencia de esas lámparas, a unos campos
eléctricos de 2 a 100 V/m e incluso más. -Las personas que van
equipadas con dispositivos de asistencia médica, activos o inactivos
(marcapasos, dispositivos de administración de medicamentos, prótesis, clips
venosos, aparatos auditivos ) porque pueden estar expuestas de forma
instantánea, en el momento de la puesta en marcha de las lámparas de bajo
consumo (230 voltios - 50 hertzios), a picos de campos eléctricos de 100 a 300
V/m e incluso más, y más tarde, en función de la distancia y de la potencia
implicadas, a campos eléctricos de 2 a100 V/m. Resulta que los efectos de
compatibilidad electromagnética (CEM) son temibles y que son posibles
disfunciones e incidentes en los implantes médicos electrónicos, con consecuencias
sanitarias importantes para las personas expuestas.
Las bombillas CFL nos
diría Pablo Mata- nunca deberían estar a menos de 40 cm
de nuestro cuerpo si vamos a pasar cada día 8 o más horas junto a ellas. En
cualquier caso es importante mantener siempre una distancia mínima de unos 30
cm. A mayor distancia menor intensidad de la perturbación y mayor garantía de
salud para nosotros. En suma, la distancia es muy importante pero
no sólo no hay que tener bombillas cerca -sea en la mesilla de noche o en nuestra
mesa de trabajo- sino que hay que tener en cuenta también que una persona de 1,70
metros de altura por poner un ejemplo- tendrá la cabeza mientras camina -tanto
en casa como en la oficina si en ambos sitios hay bombillas CFL- a menos de 50
cm de la fuente de emisión de alta frecuencia. Y es tan evidente el impacto que
tienen estos campos electromagnéticos sobre los dispositivos eléctricos no
olvidemos que nuestro organismo funciona en base a impulsos eléctricos- que la
propia General Electric
realiza la siguiente advertencia en la parte posterior del embalaje de sus CFL:
Este producto cumple con la
Parte 18 del Reglamento de la FCC pero puede causar interferencias en radios,
televisores, teléfonos móviles y controles remotos. Evite colocar este producto
cerca de estos dispositivos y si la interferencia se produce aún así aléjelo
más del dispositivo o enchúfelo en otra toma de corriente. No instale este
producto cerca de un equipo de seguridad marítima u otros dispositivos críticos
para la navegación o equipo de comunicación que operen entre 0,45-30 MHz.
Es todo. De los delicados dispositivos de seguridad individuales como el
corazón, el cerebro o el sistema nervioso nadie habla. Porque eso significaría
admitir una realidad que pretende negarse y asumir claras responsabilidades
legales.
La promoción que se está
haciendo de estas bombillas nos diría Enrique Pérez, presidente
de Arca Ibérica-
es sencillamente
irresponsable.Las
presentan como una posible solución para el problema del calentamiento global y
lo que están consiguiendo es generar o contribuir a uno mayor: el de la
hipercontaminación por campos electromagnéticos. Y con todo ese problema podría
ser menor en algunos casos que el causado por el mercurio de las lámparas.
ELECTRICIDAD SUCIA
Además de las emisiones de radiación directa hay serios indicios de que los
campos electromagnéticos emitidos por las CFL pueden viajar a lo largo de la
instalación eléctrica exponiendo a las personas a la denominada electricidad sucia. La electricidad sucia es un
contaminante ubicuo afirma Magda Havas, investigadora canadiense
que ha estudiado profundamente la problemática de las CFL-. Fluye a lo largo de los cables y se
irradia desde ellos. Es decir, como estas altas frecuencias viajan
a lo largo del tendido de nuestro hogar, oficina o escuela las personas no sólo
quedan expuestas por su cercanía sino que pueden también resultar afectadas
estando en otras habitaciones.
En un informe titulado Environmental
and Health Concerns Associated with Compact Fluorescent Lights (Problemas medioambientales y de salud
asociados con las CFL) que presentaron al Auditor General de Canadá
en Junio del 2008 los doctores Magda Havas y Thomas C. Hutchinson -de la Universidad Trent
(Canadá)- entre otras muchas consideraciones relacionadas con los problemas de
las CFL abordaron también el problema menos conocido de la electricidad sucia. Se ha demostrado que la electricidad
sucia afirman- afecta
negativamente a la salud humana. Un estudio reciente sobre cáncer
-A New Electromagnetic Exposure Metric: High Frequency Voltage Transients
Associated With Increased Cancer Incidence in Teachers in a California School- efectuado en una escuela de California
asoció un mayor riesgo de cáncer entre los docentes a la electricidad
sucia. Los maestros que
enseñaban en las aulas donde existía electricidad sucia por encima de 113 KHz tuvieron un
aumento de riesgo de cáncer de 5 veces (riesgo relativo 5,1) estadísticamente
significativo. Los maestros que no enseñaban en esas aulas tenían un riesgo de
1,8. Las bombillas CFL generan cerca de 300 unidades de electricidad
sucia. Por lo
que concluirían: Es
evidente que una casa llena de bombillas de este tipo podría tener graves
consecuencias para la salud.
Los investigadores aportan otro ejemplo significativo: en una escuela del
estado de Wisconsin (EEUU) cuyos habitantes sufrían el Síndrome del edificio enfermo
una vez la calidad de la potencia eléctrica se mejoró con filtros de línea
conectados a las salidas de corriente la salud de estudiantes y profesores
mejoró notablemente. Eliminada la electricidad
sucia sólo 3 de los 37 alumnos que sufrían de asma y utilizaban inhaladores
a diario volvieron a requerirlos y sólo para asma inducida por el ejercicio. Si algunas CFL señalan
los investigadores- producen
electricidad sucia
y ésta está asociada con la enfermedad es evidente que estas bombillas deben
ser rediseñadas.
EMISIONES ULTRAVIOLETAS Y OTROS PROBLEMAS
El vapor de mercurio existente en las CFL,
al ser excitado eléctricamente, emite radiación ultravioleta que al interactuar
con las sustancias químicas del interior de la bombilla genera luz. Según Philippe Laroche
-responsable de Relaciones con los Medios del Ministerio de Sanidad canadiense-
las CFL, a diferencia de las lámparas de tubos fluorescentes, no tienen
difusores para filtrar la radiación ultravioleta. Por tanto afirmaría- puede haber problemas de sensibilidad
cutánea, especialmente en personas con determinadas enfermedades de la piel.
Según la BBC la propia Health
Protection Agency (HPA) británica ha advertido del riesgo de estar
a menos de 30 cm de estas bombillas durante mucho tiempo. Y aunque luego han
aparecido expertos que han intentado quitar hierro al asunto diciendo que no
existen pruebas de que supongan una amenaza de cáncer la citada agencia ha manifestado
que pedirá que se investiguen los bulbos de las CFL de distintas formas y
tamaños- tras recibir la protesta de varios grupos que representan a personas
que sufren problemas de sensibilidad a la luz.
También la British
Association of Dermatologists se ha pronunciado contra estas
bombillas ante las quejas de reacciones adversas presentadas por sus pacientes
y ha solicitado al Gobierno que una vez se legisle el cambio obligatorio de
bombillas se permita a las personas con problemas de piel seguir utilizando las
clásicas.
Estamos preocupados
aseguró el profesor Harry Moseley- por
los riesgos para los pacientes sensibles a la luz que tienen severos trastornos
de piel. El pequeño nivel de rayos ultravioletas emitidos por algunas bombillas
de bajo consumo de energía podría ser perjudicial para estos pacientes.
Recomiendo el uso de las luces con un escudo protector para absorber los rayos
ultravioletas.
Y no son los únicos que advierten de este peligro. Otras organizaciones como -Migraine Action Association o
Epilepsy Action- están
solicitando en Gran Bretaña una reevaluación de las medidas. Y el Department for Environment, Food and
Rural Affairs (DEFRA) -encargado como antes dijimos de la
protección ambiental en el Reino Unido- no deja de recoger informes de
problemas que parecen tener su origen en las nuevas bombillas CFL.
La BBC contó hace poco tiempo el caso de Adrian
Nielsen, un varón de 63 años que poco después de instalar bombillas
CFL en su casa comenzó a tener problemas en los ojos. Neisen se había operado
en el 2000 con láser para solucionar sus problemas de visión y nunca más había
vuelto a tener problemas hasta que decidió cambiar las bombillas de su
domicilio. Los ojos enrojecieron, su parpadeo era constante y las molestias los
sentía como si estuvieran llenos de arena- se volvieron insoportables. Primero
le diagnosticaron algún tipo raro de conjuntivitis y después ojos secos pero
ningún medico consiguió curarle. La irritación se prolongó hasta que comenzaron
sus vacaciones y se fue a Creta. Allí sus ojos sanaron pero al volver a casa
el problema reapareció. No fue sin embargo consciente de la causa de lo que le
pasaba hasta que leyó en un periódico la historia de una mujer que había
solucionado sus mismos problemas ¡cambiando de nuevo en casa las bombillas CFL
por las antiguas incandescentes! Así que hizo lo mismo y sus problemas
terminaron.. Yo no había
pensado que podía ser la luz declaró Neisen-. Desde entonces me fijo de los lugares
en donde las tienen. En el bar las tienen y si estoy en él una hora comienzan
los problemas en mis ojos. He ido a las empresas donde tienen esta nueva
iluminación y mientras esperaba sentado todo comenzaba de nuevo y de repente.
Creo que el problema tiene que ver con el pulso que sale de la luz fluorescente.
Y también pueden provocar migrañas. La Migraine
Action Association afirma que es a causa del parpadeo aunque éste
sea imperceptible para la vista. Las bombillas incandescentes, en cambio,
funcionan a una frecuencia de red de 50 Hertz y no generan centelleos o
parpadeos. La luz se mantiene constante, continua y natural. El filamento es
demasiado pesado como para reaccionar a la frecuencia de la red. Tarda un rato
en apagarse y, por consiguiente, se evita el parpadeo. Por el contrario, en los
tubos fluorescentes el material del interior del tubo no es nada pesado y
reacciona constantemente a la frecuencia apagándose y encendiéndose; parpadea y
centellea como en una discoteca. Y eso puede producir reacciones neurológicas.
De hecho los expertos avisan que personas con tendencia a la epilepsia pueden
tener síntomas parecidos a los de un ataque. Y los fabricantes lo saben porque
precisamente para intentar evitar que eso se produjera colocaron en las CFL
conmutadores electrónicos que al mismo tiempo que aumentan la frecuencia
debieran acabar con los centelleos. Sin embargo lo que parece haberse
conseguido es impedir su detección visual, no el hecho de que se produzcan. El
biólogo de construcción e ingeniero Norbert
Honisch afirma que sigue produciéndose el parpadeo. Simplemente
no se ve porque son procesos tan rápidos que no se pueden visualizar pero el
parpadeo sigue existiendo e irritando biológicamente. Y los síntomas descritos
para otros tubos fluorescentes pueden acabar siendo comunes para las CFL:
presión en la cabeza, mareos, malestar en general, debilidad, temblores,
nerviosismo, miedo, sensación de frío, daños neurológicos, hipoglucemia
Y para colmo de males la calidad de la luz de las CFL es mala. Muy mala. El
espectro de luz, es decir, el reparto de los diferentes pigmentos es muy
deficiente en los minitubos fluorescentes. La luz es más deficiente que en las
iluminaciones tradicionales. Obviamente la mejor luz es la diurna. Siendo luego
la bombilla halógena la más cercana a la naturaleza y equilibrada en relación
al reparto del espectro de la luz. Es más, tienden un poco a la rojez -como en
la luz del amanecer o del atardecer- lo que les otorga un cierto calor y
sensación agradable. Las CFL y sus hermanos mayores, los fluorescentes, salen
en cambio muy mal parados en la comparación. Su espectro de luz es poco
homogéneo y poco natural, distorsiona ciertos colores y disminuye los otros. Su
luz no es ni armónica ni saludable. David Adams,
portavoz del Royal National
College for the Blind de Hereford (Reino Unido), denunció en la BBC que las CFL van a
hacer la vida más difícil a las personas con problemas en la vista como
consecuencia de la luz difusa que generan frente al alto grado de contraste de
las bombillas tradicionales. Lo que corroboraría el ya citado Larry Benjamin
-del Royal College of
Ophthalmologists- quien declaró -como adelantamos al principio de
este reportaje- que las
bombillas incandescentesson
una brillante fuente de iluminación general y es preocupante saber que si
desaparecen nuestros pacientes no podrán tener el mismo nivel de iluminación en
sus hogares. Porque hay evidencias de que una baja iluminación puede dar lugar
a un mayor número de caídas en personas con baja visión.
LAS LED
Y encima no está tan claro que exista un ahorro real. La energía consumida para
fabricar una CFL debido a sus componentes- es mucho mayor que la que se
necesita para una bombilla incandescente. Además las CFL emiten menos calor por
lo que aunque en un hogar el impacto sea mínimo a gran escala podría suponer
tener que aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al
obligar a los sistemas de calefacción de petróleo o gas a funcionar con más
frecuencia. Y el efecto en el caso de la refrigeración será a la inversa
durante los períodos de calor. En el 2007 un investigador en recursos naturales
de Canadá calculó el impacto de sustituir cinco bombillas incandescentes de 77
vatios utilizadas tres horas al día por otras CFL de 19 W y el resultado fue
que las primeras redujeron la necesidad de aire acondicionado en 55 kilovatios
hora (kWh) mientras las segundas aumentaron la necesidad de calefacción en 184
kW h. Sólo generaron un ahorro anual de ¡12 dólares! El estudio fue publicado
por la Canada Mortgage and
Housing Corporation (CMHC). Luego, ¿alguien cree aún en serio que
se justifica exponer a todos los españoles a los riesgos para la salud aquí
apuntados cuando el ahorro real de instalar las bombillas CFL sería de dos
dólares y veinte centavos al año por bombilla?
Aunque lo más sangrante es que de haber querido hacer una auténtica apuesta por
una energía limpia a la par que saludable se debió haber escogido las lámparas LED -acrónimo del inglés Light-Emitting Diode
(Diodo emisor de luz)-. Consumen un 92% menos que las bombillas incandescentes
de uso doméstico común y un 30% menos que la mayoría de los sistemas de
iluminación fluorescentes. Y además pueden durar hasta 20 años. En pocos años nos
aseguraría Pablo Mata- la
tecnología LED multiplicará sus prestaciones dejando en segundo plano cualquier
otra tecnología luminosa debido a su alto rendimiento, larga vida útil (hasta
100.000 horas) y carencia de sustancias tóxicas. Las bombillas LED no emiten
además luz infrarroja ni ultravioleta, no parpadean y tienen un consumo estable
durante el encendido o apagado siendo por ello las de menor consumo del mercado.
¿Sorprendido? Ciertamente hoy por hoy se trata de bombillas más caras -el
precio de una LED ronda los 10 euros frente a los 3 de la CFL- pero es de suponer que
con una adecuada inversión y un alto consumo los precios podrían reducirse
considerablemente. Además el coste del kilovatio/h de una LED sale en torno a
16,80 euros mientras la CFL es de 126. La organización Next Up -que apoya las
iniciativas del grupo Bioinitiative-
ha calculado que sustituir en Francia todas las bombillas actuales por lámparas
CFL supondría dividir su factura energética por 4 pero hacerlo por lámparas LED la dividirla por 24.
Son pues, sin lugar a dudas, la alternativa real y limpia.
Las lámparas fluorescentes
compactas de energía eficientecomercialmente
disponibles asegura la doctora Havas- generan radiación de radiofrecuencia, radiación
ultravioleta y electricidad sucia, contienen mercurio -conocido neurotóxico- y
están provocando que algunas personas enfermen, incluidos quienes sufren de
migrañas, epilepsia, problemas de piel y sensibilidad a los aparatos
eléctricos. En lugar de promover las bombillas fluorescentes compactas los
gobiernos de todo el mundo deben insistir en que se fabriquen bombillas que
sean electromagnéticamente limpias y no contengan productos químicos tóxicos.
Algunas están disponibles (LED) pero aún no son asequibles. Con un número
creciente de personas manifestando electrohipersensibilidad tenemos un grave,
emergente y recientemente identificado riesgo para la salud que puede empeorar
hasta que nuevas regulaciones restringiendo la exposición a contaminantes
electromagnéticos sean aplicadas.
En suma, por lo que a nosotros se refiere, señor ministro, quédese usted con su
envenenado regalo.
Antonio F.
Muro
Qué hacer si se rompe una
bombilla de bajo consumo CFL Éstas son las normas de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos en caso de rotura de una bombilla de bajo consumo o
CFL: Antes de la limpieza: airear la habitación: -Las personas y animales
domésticos deben abandonar de inmediato la habitación sin que nadie camine al
salir por la zona de la rotura. -Abra una ventana y abandone
la sala durante 15 minutos o más. -Apague el sistema central de
calefacción-aire acondicionado en caso de que lo haya. Medidas para reforzar la limpieza de superficies duras: -Recoja
cuidadosamente los trozos de vidrio y polvo usando un papel rígido o cartón y
colóquelos en un frasco de vidrio con tapa de metal -por ejemplo, un tarro de
conservas- o en una bolsa de plástico sellada. -Utilice una cinta adhesiva
para recoger los restos de los fragmentos de vidrio y polvo más pequeños. -Limpie el área afectada con
toallas de papel húmedo o toallitas húmedas desechables y luego deposítelas en
un frasco de vidrio o bolsa de plástico. -No use aspiradora o escoba
para limpiar la bombilla rota sobre superficies duras. Pasos de limpieza para alfombras o alfombras: -Recoja
cuidadosamente los fragmentos de vidrio y colóquelos en un frasco de vidrio con
tapa de metal -por ejemplo, un tarro de conservas- o en una bolsa de plástico
sellada. -Utilice cinta adhesiva para
recoger los restos de los fragmentos de vidrio y polvo más pequeños. -Si es necesario pasar la
aspiradora una vez los materiales visibles han sido retirados pásela por el
área donde la bombilla se rompió. -Retire la bolsa de la
aspiradora -vacíe y limpie el filtro además- y ponga ésta o los desechos en una
bolsa de plástico sellada Pasos a seguir para la limpieza de ropa, ropa de cama y otros
materiales blandos: -Si la ropa u otros materiales
de la cama entran en contacto directo con el vidrio roto o el polvo de mercurio
contenido en el interior de la bombilla debe tirarla. No lave la ropa porque
los fragmentos de mercurio en la ropa pueden contaminar la máquina y / o
contaminar las aguas residuales. -Sí puede lavar la ropa y
aquellos otros materiales que hayan estado expuestos al vapor de mercurio; por
ejemplo, la que llevaba cuando limpió la CFL rota. Pero siempre que las prendas
de vestir no hayan entrado en contacto directo con los materiales de la
bombilla rota. -Si los zapatos entran en
contacto directo con los vidrios rotos o con el polvo de mercurio contenido en
la bombilla límpielos con toallas de papel húmedo o toallitas húmedas
desechables. Luego coloque las toallas o paños en un frasco de vidrio o bolsa
de plástico para su eliminación. Eliminación de los materiales de limpieza: -Coloque
de inmediato todos los materiales de limpieza al aire libre en un contenedor de
basura o área protegida. -Lávese bien las manos tras
deshacerse de los frascos o bolsas de plástico que contengan los materiales de
limpieza. -Verifique con su gobierno
estatal o local los requisitos para la eliminación de los residuos en su área
específica. Algunos estados no permiten echar estos residuos en la basura sino
que exigen que los bulbos que contienen el mercurio los rotos y los no rotos-
sean llevados a un centro de reciclaje local. Limpieza futura de alfombras o moqueta: airee la habitación durante y
después de pasar el aspirador. -Las siguientes veces que pase
el aspirador cierre el sistema central de calefacción-aire condicionado y abra
una ventana antes. -Mantenga cerrado el sistema
central de calefacción-aire acondicionado y la ventana abierta al menos 15
minutos después de pasar la aspiradora.