Fisica cuantica
Física Cuántica: Si No la conoces No la ves.
 Ahora
resulta que tenemos que ser físicos para hablar de física. La física
está mas cerca tuyo de lo que crees, de lo que parece, la física
permite establecer las leyes de lo posible en este Universo. Las teorías, los teoremas, las fórmulas y los experimentos buscan establecer las gran pregunta ¿Qué somos? y ¿Porqué? La Física Cúantica nos permite discernir entre cómo sentimos al Mundo de cómo el mundo realmente es.
Te has preguntado alguna vez :¿Quién ve por nosotros?,
¿nuestros ojos? o ¿nuestro cerebro?, ¿quien determina la realidad de
las cosas?Tu cerebro no reconoce entre lo que ve en su medio ambiente y
lo que recuerda...porque son exactamente las mismas redes neuronales,
la misma neurofísica cerebral, la que está disparando ¡como podemos
continuar viviendo en un mundo como real si el ser que determina que es
real es intangible!!
Constantemente
recreamos las mismas realidades pero, ¿Cómo es esto posible?, acaso no
es increíble que existiendo un infinito de posibilidades...somo
inconcientes de ellas?..¿Quién ve realmente por  nosotros? Solo
podemos ver lo que conocemos..de alguna manera u otra un patrón
autogenerado establece un concepto a una idea y esta a un
conocimiento...pero que pasa con las cosas que no conocemos...que nunca
hemos visto.....sencillamente nuestro cerebro no las tiene ni
remotamente registradas y por ende no las puede ver. NO LAS VEMOS.
Pueden estar a tu lado, o encima tuyo y no las vas a ver...porque no las conoces. ¿Es
posible que estemos tan condicionados a nuestras vidas diarias que
creemos que no tenemos ningún control sobre ellas?entonces..el mundo
extreno es mas real que el interno ¿en serio?¿quien lo dice?  La Física Cuántica
pretende demostrar que lo que ocurre dentro de nosotros creará lo que
ocurre fuera de nosotros. Desde la perspectiva de la física tradicional
es un paradigma recordar el pasado pero de la misma manera no podemos
tener acceso al futuro y el porque nuestros actos solo afectan al
futuro y no al pasado pero... ¿Porqué si la Física se comporta igual?
Si
es que científicamente en escencia en la materia en realidad no hay
absolutamente nada, es completamente insustancial, entonces lo mas
sólido que tenemos es un pensamiento, un conjunto elaborado de bits de
información que quiere decir que lo que constituye mas las cosas no son
las cosas sino las ideas, los conceptos, las experiencias personales de
ellas.
Una experiencia
casi espiritual que dentro de un bio-traje cuasi perfecto experiementa
su relación con el entorno, observando, aprendiendo y recordando.
Nuestra percepción propia de nuestro entorno, nuestros conceptos mas
sagrados....¿Estamos realmente concientes como para comprender lo que significa por ejemplo la idea o principio de Dios y
lo que este concepto significa?, ¿Cómo la religión elimina ese
concepto?, ¿Porque las principales religiones o grupos separan ese
principio de nosotros?, debemos dar oración, complacer, y a la muerte
esperar recompenza! Dios
debería trascender nuestra propia naturaleza para imitar a través de
nosotros la naturaleza de su esplendor absoluto.¿Te has preguntado cómo
es tu Dios y si se parece al de tu vecino?acaso¿ tiene barba y viste de blanco...?
Nuestro Universo es mas grande de lo que creemos que es...
Y a este nivel estamos todos conectados y conectados al Universo mismo, inclusive con Dios
mismo, este es el principio fundamental de la espiritualidad no lo
olvides, todos nos afectamos, y todos somos una pequeña parte de Dios,
creo que nuestro propósito aquí es desarrollar nuestros dones de
intencionalidad y aprender a ser creadores de realidades eficaces y
aprender a ser libres y terminar de conocernos responsablemente.
Entonces así. Pregunto: ¿conoces un OVNI?¿un Extraterrestre?,¿
Cuál es tu concepto... es realmente tuyo o asocias un concepto?¿Estamos
realmente listos para ver?¿Podremos ver? deja que de muy adentro
empieces a comprender, la parte mental déjasela a las películas en
Hollywood. Investiga!
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Publicado por
marquillo727 http://nuestropasadoextraterrestre.blogspot.com/2008/08/fsica-cuntica-si-no-la-conoces-no-la.html ----------------------------------------------------------------------------------------------------------- Un comentario a este articulo en una lista de mensajes de un grupo al que pertenezco,bastante complementario al articulo:
Un
tema quizá muy de moda y en auge en estos últimos días que incluye al
famoso libro El Secreto, documentales, crónicas y artículos, mucho se
dice pero en verdad se comprende?? La Física Cuántica permite dar una
pauta de inicio al estudio y la comprensión de los conceptos mas
complejos y sagrados que ya tenemos. Acompáñanos a reflexionar sobre el
porqué no vemos lo que no conocemos..... La entrada referida, por su parte, no explica cómo es que la física cuántica puede dar una pauta de inicio al estudio de los conceptos más complejos y sagrados...
Más bien se dedica a establecer algunas afirmaciones no tan certeras,
que pretendo revisar ahora a continuación (incluyendo una pregunta que
lanza al final de su entrada):
- La Física Cúantica nos permite discernir entre cómo sentimos al Mundo de cómo el mundo realmente es.
- La Física Cuántica pretende demostrar que lo que ocurre dentro de nosotros creará lo que ocurre fuera de nosotros.
- Solo
podemos ver lo que conocemos... de alguna manera u otra un patrón
autogenerado establece un concepto a una idea y esta a un
conocimiento... pero que pasa con las cosas que no conocemos... que
nunca hemos visto... sencillamente nuestro cerebro no las tiene ni
remotamente registradas y por ende no las puede ver. NO LAS VEMOS.
- Entonces así. Pregunto: ¿conoces un OVNI? ¿un Extraterrestre?
¿Cuál es tu concepto... es realmente tuyo o asocias un concepto?
¿Estamos realmente listos para ver? ¿Podremos ver? deja que de muy
adentro empieces a comprender, la parte mental déjasela a las películas
en Hollywood. Investiga!
_____________________ Más en Ahuramazdah, el blog sin dogmas.
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Por david_kether - 24 de Agosto, 2008, 15:53, Categoría: Fisica cuantica
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La física cuántica confirma que creamos nuestra realidad.
La física moderna dice “tú si puedes”
Durante décadas, los
poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo “esotérico”,
cosas de locos. La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica
cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en
el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el
pensamiento y la realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad,
podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados
del mundo corroboran esta creencia.
El estudio sobre el
cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las
“tomografías”. Conectando electrodos a este órgano, se determina donde
se produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien
sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una
actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o
sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.
Estos experimentos en
neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos
un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro
cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo
imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro
refleja la misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la
gran pregunta: ¿cuál es la Realidad? “La solución es que el cerebro no
hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas
redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que
ve como lo que siente”, afirma el bioquímico y doctor en medicina
quiropráctica, Joe Dispenza en el libro “¿y tú qué sabes?”. En otras
palabras, que fabricamos nuestra realidad desde la forma en que
procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.
La farmacia del cerebro
En un pequeño órgano
llamado hipotálamo se fabrican las respuestas emocionales. Allí, en
nuestro cerebro, se encuentra la mayor farmacia que existe, donde se
crean unas partículas llamadas “péptidos”, pequeñas secuencias de
aminoácidos que, combinadas, crean las neurohormonas o neuropéptidos.
Ellas son las responsables de las emociones que sentimos diariamente.
Según John Hagelin, profesor de física y director del Instituto para la
ciencia, la tecnología y la política pública de la Universidad
Maharishi, dedicado al desarrollo de teorías del campo unificado
cuántico: “hay química para la rabia, para la felicidad, para el
sufrimiento, la envidia…”
En el momento en que
sentimos una determinada emoción, el hipotálamo descarga esos péptidos,
liberándolos a través de la glándula pituitaria hasta la sangre, que
conectará con las células que tienen esos receptores en el exterior. El
cerebro actúa como una tormenta que descarga los pensamientos a través
de la fisura sináptica. Nadie ha visto nunca un pensamiento, ni
siquiera en los más avanzados laboratorios, pero lo que sí se ve es la
tormenta eléctrica que provoca cada mentalismo, conectando las neuronas
a través de las “fisuras sinápticas”.
Cada célula tiene miles
de receptores rodeando su superficie, como abriéndose a esas
experiencias emocionales. Candance Pert, poseedora de patentes sobre
péptidos modificados y profesora en la universidad de medicina de
Georgetown, lo explica así: “Cada célula es un pequeño hogar de
conciencia. Una entrada de un neuropéptido en una célula equivale a una
descarga de bioquímicos que pueden llegar a modificar el núcleo de la
célula”.
Nuestro cerebro crea
estos neuropéptidos y nuestras células son las que se acostumbran a
“recibir” cada una de las emociones: ira, angustia, alegría, envidia,
generosidad, pesimismo, optimismo… Al acostumbrarse a ellas, se crean
hábitos de pensamiento. A través de los millones de terminaciones
sinápticas, nuestro cerebro está continuamente recreándose; un
pensamiento o emoción crea una nueva conexión, que se refuerza cuando
pensamos o sentimos “algo” en repetidas ocasiones. Así es como una
persona asocia una determinada situación con una emoción: una mala
experiencia en un ascensor, como quedarse encerrado, puede hacer que el
objeto “ascensor” se asocie al temor a quedarse encerrado. Si no se
interrumpe esa asociación, nuestro cerebro podría relacionar ese
pensamiento-objeto con esa emoción y reforzar esa conexión, conocida en
el ámbito de la psicología como “fobia” o “miedo”.
Todos los hábitos y
adicciones operan con la misma mecánica. Un miedo (a no dormir, a
hablar en público, a enamorarse) puede hacer que recurramos a una
pastilla, una droga o un tipo de pensamiento nocivo. El objetivo
inconsciente es “engañar” a nuestras células con otra emoción
diferente, generalmente, algo que nos excite, “distrayéndonos” del
miedo. De esta manera, cada vez que volvamos a esa situación, el miedo
nos conectará, inevitablemente, con la “solución”, es decir, con la
adicción. Detrás de cada adicción (drogas, personas, bebida, juego,
sexo, televisión) hay pues un miedo insertado en la memoria celular.
La buena noticia es que,
en cuanto rompemos ese círculo vicioso, en cuanto quebramos esa
conexión, el cerebro crea otro puente entre neuronas que es el “pasaje
a la liberación”. Porque, como ha demostrado el Instituto Tecnológico
de Massachussets en sus investigaciones con lamas budistas en estado de
meditación, nuestro cerebro está permanentemente rehaciéndose, incluso,
en la ancianidad. Por ello, se puede desaprender y reaprender nuevas
formas de vivir las emociones.
Mente creadora
Los experimentos en el
campo de las partículas elementales han llevado a los científicos a
reconocer que la mente es capaz de crear. En palabras de Amit Goswani,
profesor de física en la universidad de Oregón, el comportamiento de
las micropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador:
“cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo
hace, como una partícula”. Ello quiere decir que las expectativas del
observador influyen en la Realidad de los laboratorios… y cada uno de
nosotros está compuestos de millones de átomos.
Traducido al ámbito de la
vida diaria, esto nos llevaría a que nuestra Realidad es, hasta cierto
punto, producto de nuestras propias expectativas. Si una partícula (la
mínima parte de materia que nos compone) puede comportarse como materia
o como onda… Nosotros podemos hacer lo mismo.
La realidad molecular
Los sorprendentes
experimentos del científico japonés Masaru Emoto con las moléculas de
agua han abierto una increíble puerta a la posibilidad de que nuestra
mente sea capaz de crear la Realidad. “Armado” de un potente
microscopio electrónico con una diminuta cámara, Emoto fotografió las
moléculas procedentes de aguas contaminadas y de manantial. Las metió
en una cámara frigorífica para que se helaran y así, consiguió
fotografiarlas. Lo que encontró fue que las aguas puras creaban
cristales de una belleza inconmensurable, mientras que las sucias, sólo
provocaban caos. Más tarde, procedió a colocar palabras como “Amor” o
“Te odio”, encontrando un efecto similar: el amor provocaba formas
moleculares bellas mientras que el odio, generaba caos.
Por último, probó a
colocar música relajante, música folk y música thrash metal, con el
resultado del caos que se pudieron ver en las fotografías.
La explicación biológica
a este fenómeno es que los átomos que componen las moléculas (en este
caso, los dos pequeños de Hidrógeno y uno grande de Oxígeno) se pueden
ordenar de diferentes maneras: armoniosa o caóticamente. Si tenemos en
cuenta que el 80% de nuestro cuerpo es agua, entenderemos cómo nuestras
emociones, nuestras palabras y hasta la música que escuchamos, influyen
en que nuestra realidad sea más o menos armoniosa. Nuestra estructura
interna está reaccionando a todos los estímulos exteriores,
reorganizando los átomos de las moléculas.
El valioso vacío atómico
Aunque ya los filósofos
griegos especularon con su existencia, el átomo es una realidad
científica desde principios de siglo XX. La física atómica dio paso a
la teoría de la relatividad y de ahí, a la física cuántica. En las
escuelas de todo el mundo se enseña hoy día que el átomo está compuesto
de partículas de signo positivo (protones) y neutras (neutrones) en su
núcleo y de signo negativo (electrones) girando a su alrededor. Su
organización recuerda extraordinariamente a la del Universo, unos
electrones (planetas) girando alrededor de un sol o núcleo (protones y
neutrones). Lo que la mayoría desconocíamos es que la materia de la que
se componen los átomos es prácticamente inexistente. En palabras de
William Tyler, profesor emérito de ingeniería y ciencia de la materia
en la universidad de Stanford, “la materia no es estática y predecible.
Dentro de los átomos y moléculas, las partículas ocupan un lugar
insignificante: el resto es vacío”.
En otras palabras, que el
átomo no es una realidad terminada sino mucho más maleable de lo que
pensábamos. El físico Amit Goswani es rotundo: “Heinsenberg, el
codescubridor de la mecánica cuántica, fue muy claro al respecto; los
átomos no son cosas, son TENDENCIAS. Así que, en lugar de pensar en
átomos como cosas, tienes que pensar en posibilidades, posibilidades de
la consciencia. La física cuántica solo calcula posibilidades, así que
la pregunta viene rápidamente a nuestras mentes, ¿quién elige de entre
esas posibilidades para que se produzca mi experiencia actual? La
respuesta de la física cuántica es rotunda: La conciencia está
envuelta, el observador no puede ser ignorado”.
¿Qué realidad prefieres?
El ya famoso experimento
con la molécula de fullerano del doctor Anton Zeillinger, en la
Universidad de Viena, testificó que los átomos de la molécula de
fullerano (estructura atómica que tiene 60 átomos de cárbón) eran
capaces de pasar por dos agujeros simultáneamente. Este experimento “de
ciencia ficción” se realiza hoy día con normalidad en laboratorios de
todo el mundo con partículas que han llegado a ser fotografiadas. La
realidad de la bilocación, es decir, que “algo” pueda estar en dos
lugares al mismo tiempo, es algo ya de dominio público, al menos en el
ámbito de la ciencia más innovadora. Jeffrey Satinover, ex presidente
de la fundación Jung de la universidad de Harvard y autor de libros
como “El cerebro cuántico” y “El ser vacío”, lo explica así: “ahora
mismo, puedes ver en numerosos laboratorios de Estados Unidos, objetos
suficientemente grandes para el ojo humano, que están en dos lugares al
mismo tiempo, e incluso se les puede sacar fotografías. Yo creo que
mucha gente pensará que los científicos nos hemos vuelto locos, pero la
realidad es así, y es algo que todavía no podemos explicar”.
Quizás porque algunos
piensen que la gente “de a pie” no va a comprender estos experimentos,
los científicos todavía no han conseguido alertar a la población de las
magníficas implicaciones que eso conlleva para nuestras vidas, aunque
las teorías anejas sí forman parte ya del dominio de la ciencia
divulgativa.
Seguramente la teoría de
los universos paralelos, origen de la de la “superposición cuántica”,
es la que ha conseguido llegar mejor al gran público. Lo que viene a
decir es que la Realidad es un número “n” de ondas que conviven en el
espacio-tiempo como posibilidades, hasta que UNA se convierte en Real:
eso será lo que vivimos. Somos nosotros quienes nos ocupamos, con
nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos (“yo sí
puedo”, “yo no puedo”) de encerrarnos en una realidad limitada y
negativa o en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras
palabras, la física moderna nos dice que podemos alcanzar todo aquello
que ansiamos (dentro de ese abanico de posibilidades-ondas, claro).
En realidad, los
descubrimientos de la física cuántica vienen siendo experimentados por
seres humanos desde hace milenios, concretamente, en el ámbito de la
espiritualidad. Según el investigador de los manuscritos del Mar
Muerto, Greg Braden, los antiguos esenios (la comunidad espiritual a la
que, dicen, perteneció Jesucristo) tenían una manera de orar muy
diferente a la actual. En su libro “El efecto Isaías: descodificando la
perdida ciencia de al oración y la plegaria”, Braden asegura que su
manera de rezar era muy diferente a la que los cristianos adoptarían.
En lugar de pedir a Dios “algo”, los esenios visualizaban que aquello
que pedían ya se había cumplido, una técnica calcada de la que hoy se
utiliza en el deporte de alta competición, sin ir más lejos.
Seguramente, muchos han visto en los campeonatos de atletismo cómo los
saltadores de altura o pértiga realizan ejercicios de simulación del
salto: interiormente se visualizan a sí mismos, ni más ni menos que
realizando la proeza. Esta técnica procede del ámbito de la psicología
deportiva, que ha desarrollado técnicas a su vez recogidas del acervo
de las filosofías orientales. La moderna Programación Neurolingüística,
usada en el ámbito de la publicidad, las relaciones públicas y de la
empresa en general, coincide en recurrir al tiempo presente y a la
afirmación como vehículo para la consecución de los logros. La palabra
sería un paso más adelante en la creación de la Realidad, por lo que
tenemos que tener cuidado con aquello que decimos pues, de alguna
manera, estamos atrayendo esa realidad.
La búsqueda científica del alma
En las últimas décadas,
los experimentos en el campo de la neurología han ido encaminados a
encontrar donde reside la conciencia. Fred Alan Wolf, doctor en física
por la universidad UCLA, filósofo, conferenciante y escritor lo explica
así en “¿Y tú qué sabes?” de la que se espera la segunda parte en pocos
meses: “Los científicos hemos tratado de encontrar al observador, de
encontrar la respuesta a quién está al mando del cerebro: sí, hemos ido
a cada uno de los escondrijos del cerebro a encontrar el observador y
no lo hemos hallado; no hemos encontrado a nadie dentro del cerebro,
nadie en las regiones corticales del cerebro pero todos tenemos esa
sensacion de ser el observador”. En palabras de este científico, las
puertas para la existencia del alma están abiertas de par en par:
“Sabemos lo que el observador hace pero no sabemos quién o qué cosa es
el observador”.
Hoy recuperadas por la
física cuántica, muchas de estas afirmaciones eran conocidas en la
Antigüedad, como en el caso del “Catecismo de la química superior”, de
Karl von Eckartshausen.
—————————————————————————————
Cuadro 1 Nuestro cerebro: un ordenador que procesa información
A cada segundo, en una
vida como la moderna llena de estímulos: nos bombardean enormes
cantidades de información. El cerebro solo procesa una mínima cantidad
de ella: 400 mil millones de bits de información por segundo. Los
estudios científicos han demostrado que sólo somos conscientes de 2.000
mil de esos bits, referidos al medio ambiente, el tiempo y nuestro
cuerpo. Así pues, lo que consideramos la Realidad, es decir, aquello
que vivimos, es sólo una mínima parte de lo que en realidad está
ocurriendo. ¿Cómo se filtra toda esa información?
A través de nuestras
creencias: El modelo de lo que creemos acerca del mundo, se construye
desde lo que sentimos en nuestro interior y de nuestras ideas. Cada
información que recibimos del exterior se procesa desde las
experiencias que hemos tenido y nuestra respuesta emocional procede de
estas memorias. Por eso, los malos recuerdos nos impulsan a caer en los
mismos errores.
Cuadro 2: Cómo romper con esos malos hábitos del pensamiento
El cerebro crea esas
redes a partir de la memoria: ideas, sentimientos, emociones. Cada
asociación de ideas o hechos, incuba un pensamiento o recuerdo en forma
de conexión neuronal, que desemboca en recuerdos por medio de la
memoria asociativa. A una sensación o emoción similar, reaparecerá ese
recuerdo en forma de idea o pensamiento. Hay gente que conecta “amor”
con “decepción” o “engaño”, así que cuando vaya a sentir amor, la red
neuronal conectará con la emoción correspondiente a cómo se sintió la
última vez que lo sintió: ira, dolor, rabia, etc. Según Joe Dispenza
“si practicamos una determinada respuesta emocional, esa conexión
sináptica se refuerza y se refuerza. Cuando aprendemos a “observar”
nuestras reacciones y no actuamos de manera automática, ese modelo se
rompe”. Así pues, aprender a “ver” esas asociaciones es la mejor manera
de evitar que se repitan: la llave es la consciencia.
Cuadro 3: La mecánica de la erección
La mejor metáfora del
pensamiento creador es el miembro masculino. Una sola fantasía sexual,
es decir, un pensamiento erótico, es capaz de producir una erección,
con toda la variedad de glándulas endocrinas y hormonas que participan
en ello. Nada hay fuera de la mente del hombre pero, sin embargo, se
produce un torbellino hormonal que desemboca en un hecho físico
palpable. En el lado femenino, también el poder del pensamiento
asociado al erotismo se convierte a menudo en hechos físicos,
demostrando la capacidad del pensamiento para crear situaciones
placenteras… o adictivas. Los más firmes defensores del poder de la
visualización llegan a proponer que se puede obtener a través de ella
casi todo lo que deseamos.
http://www.rafapal.com/?page_id=663
|
Por david_kether - 31 de Mayo, 2008, 1:42, Categoría: Fisica cuantica
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¿QUE ES UNA ONDA DE FORMA?
Muchos científicos y físicos cuanticos reconocel el poder de transmisión en cualquier forma simple geometríca o como un diseño ondulado de un
rastro de energía, es un ONDA DE FORMA simple. Puede tener un patron
geométrico o puede ser un gesto de pincel simple como una onda que
contiene el significado completo, la intención y la energía de un
momento dado de intensidad mientras da forma a la realidad y puede
tener en su ser todas las cualidades que lo crearon. Es una semilla de fractal enérgetico que
dada la situación correcta continuará su crecimiento y multiplicándose.
Éstas son modelos y formas que crean la energía y transmiten los
patrones específicos, del pensamiento, nosotros
hemos estado usándolos en los templos, las iglesias, logotipos,
publicidad y podemos reconocer inmediatamente la armonía y desarmonia
en ellos. Ciertos modelos de la geometría
sagrada parecen actuar recíprocamente con su entorno armonizando y
estabilizando sus moléculas, como si organizara los átomos y
electrones. Puede significar que un cierto diseño de geometría YANTRA
de ENERGÍA puede polarizar las partículas e incluso podria purificar el
agua, aumentando las cualidades y la armonía en su entorno.
|
Por david_kether - 21 de Enero, 2008, 23:49, Categoría: Fisica cuantica
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Paradigma holográfico cuántico,quantum lógico y variables físicas en relación con ESP y PK.
Paradigma holográfico cuántico,quantum lógico y variables físicas en relación con ESP y PK.
por
Gustavo Gabriel Cía
de
EditorialBitacora Website
Introducción
El problema esencial de lo paranormal, es que su aparición viola uno
de los principios limitativos básicos de las creencias sobre el
universo más caras a nuestra sociedad: la que arma que no existe
acción a distancia. La ciencia como un todo, tomó la postura de
afirmar que, a pesar de los datos recogidos, no hay sucesos
paranormales. Enfrentada a una contradicción entre una teoría (que
es posible y que es imposible ) y un conjunto de hechos (la
información de la investigación psíquica y la parapsicología). La
ciencia prefirió aferrarse a la teoría e ignorar los hechos. Este
procedimiento puede ser bueno para la tranquilidad y alivio de los
científicos, pero, por cierto, no es bueno para la búsqueda de la
verdad. Si bien los parapsicólogos sabían que sus datos eran reales;
tuvieron que adoptar una estrategia diferente:
(a) Metodología
cuantitativa (test de cartas, dados, etc)
(b) análisis de
variables y efectos de significación
Pero ya en 1960 Orne señalaba
los sujetos actúan en el laboratorio diferente a como lo hacen fuera
de él.
Se analizará además, el paradigma holográfico-cuántico de Pribram,
planteamientos de entropía de Prigogine y otros modelos
informacionales y modelos cuánticos en relación con la transmisión
de información o acciones a distancia en el marco antes mencionado.
Se incluir la experiencia significativa de Persinger en su trabajo
de análisis de variables geomagnéticas en relación con psi.
Consciencia, información y entropía
Las indicaciones son que la PSI-INFORMACIÓN obra recíprocamente y
modifica la operación de los más comunes sistemas de información
biológica. La interacción es infrecuente, irregular y limitada pero
no insignificante. La información de las bases nucleicas encontradas
en el ADN o mensajero ARN de células biológicas, forman una
ordenación dimensional. Esto es un mecanismo familiar de información
compilado en sistemas de comunicación humana. Es la base para
escribir en sistemas que usan alfabeto. También se usa en el código
Morse y en cintas computadoras (disquetes). La conformación de
proteínas es una expresión de información biológica en una forma
tridimensional.
Puede no ser antojadizo postular una cadena psi-informacional
conectando organismos con todas esas partes del material y el medio
ambiente del espacio temporal que es relevante o significativo para
la conducta organicista. Cuanto mayor es el recorrido de la conducta,
más amplio es el potencial para abarcar el sistema psi-informacional.
Sabemos que existen tres tipos de información:
(a) Genética: carente de retroinformación individual. Transmisión de
generación a generación. (b) Información del medio ambiente.
(c) A nivel humano transmisión de datos con retroinformación. Se
transmite a la próxima generación.
Wigner, basándose en la teoría cuántica de hoy dice: "la posibilidad
de la existencia de una unidad autoreproductora es cero".
Eigen dice que en el terreno de la matriz simétrica del azar de
Wigner, no suministra una biología molecular con un punto de
comienzo. Una buena descripción del problema de la conciencia en
relación con la información, la presenta Carlos A. Tinaco (1996). El
plantea que algunos psicólogos, sobretodo aquellos pertenecientes a
la escuela denominada Psicología Cognitiva, pretenden explicar la
conciencia en términos de la teoría de la información. En 1976, E.
R. John postuló la existencia de siete niveles de información
procesados en el cerebro: sensación, percepción, conciencia,
contenido de la conciencia, experiencia subjetiva, el ser y la auto-conciencia.
Cada uno de esos niveles es dependiente de los inferiores e
influenciado por los niveles superiores. John presenta extensos
datos electrofisiológicos como soporte a su clasificación.
En 1978, John Battista (1978) presentó otra clasificación, como sigue:
(a)
conciencia e información
(b) diferentes formas de conciencia
representan diferentes niveles de información
(c) intensidad de un
estado de conciencia es función de sus contenidos informacionales
Incluso según Battista,
(a) la conciencia está presente en todo el
universo, inclusive en el mundo físico,
(b) máquinas tales como
computadoras, poseen conciencia,
(c) no solo los individuos, sino
los grupos humanos, tienen conciencia.
El problema de la Psicología
Cognitiva es que omite aspectos subjetivos de la conciencia, (los
procesos inconscientes).
Un sistema físico que presente un desenvolvimiento anti-entrópico,
estaría indicando la presencia de algún aspecto de la conciencia.
Los seres vivos son sistemas abiertos que presentan comportamiento
que sigue organización creciente, indicadores de la presencia de
conciencia. Para intentar describirlos, existe la "termodinámica de
los sistemas abiertos'', elaborada por Prigogine (1981) -
imagen derecha.
La conciencia, quizá , podría ser parcialmente analizada a través de
variaciones de las medidas cuantitativas de la entropía o de la
información de un sistema físico. En esta propuesta, incluimos
algunos aspectos de PSI plausibles de ser registrados en la realidad
física. En este enfoque particular, concordamos en parte con Sarti
(1987), al afirmar que PSI es básicamente informacional y resultaría
de la volición.
Cuantum lógico y PSI
Ante todo al hablar de Cuantum Lógico debemos definir que es un
Cuantum. Cuantum es la mínima cantidad de energía electromagnética
que puede recibir o emitir una partícula. Dicha partícula llevaría
siempre una onda asociada u onda de fase (t) (electromagnética). En
base a esto, la mecánica del cuanto estudia el comportamiento de
dichas partículas en coexistencia con ondas de diferentes
longitudes. Dicha partícula posee una "masa" y la masa podría
adoptar diferentes velocidades, magnitudes ligadas a condiciones
mecánicas estructurales del medio en el cual tiene lugar la
progresión del móvil.
Cuando dichas ondas asociadas entran en fase concordante, se acumula
energía vibratoria, la propia del móvil, cuya velocidad cinemática
concuerda con la progresión sucesivas de los puntos (nodos) en los
cuales se ha acumulado la energía. Dichos ''nodos'' son en realidad
reconocidos como acciones por la cual se les da el término de
partículas; pero a veces, suelen ser indistinguibles de su onda
asociada. Estamos ante un fenómeno físico donde la observación y la
medición son indeterminadas. Citando el "principio de incertidumbre
de Heisenberg'', no es posible fijar la posición de un electrón en
un instante dado, sino que hay una ''probabilidad de que ocupe tal o
cual punto''.
Evan
Harris Walker
(click imagen derecha) en su modelo de sistemas cuánticos correlacionados intenta
relacionar la interacción mente-cerebro con la interacción
mente-sistema cuántico. Tomando en cuenta tres variables: el
observador, la observación y el sistema observado. En su teoría
estas variables se convierten en la conciencia, el feedback y el
azar (lo observado). ¿Cómo entra el azar? según el modelo de Walker,
el primer punto estriba en que el cerebro contiene un escaso número
de procesos aleatorios. Para esta afirmación dice basarse en los
trabajos sobre la función del sistema nervioso central del Dr. John
Eccles.
En la teoría de Walker, resulta esencial que la conciencia sea capaz
de operar en forma no local y que pueda entrar en interrelación con
un sistema físico que este siendo observado en vez de quedar
confinado en el propio cerebro. Esta es la naturaleza básica del
modelo de Walker; que la conciencia puede influir en acontecimientos
al azar de modo directo, tanto dentro de él mediante el colapso de
la función ondulatoria de esos acontecimientos en el acto de la
observación.
El problema de la medición, plantea un interrogante ante el cual
Niels Bohr
(imagen izquierda)
dio su famosa interpretación de Copenhague, diciendo que
los sistemas macroscópicos no pueden considerarse del mismo modo que
los sistemas microscópicos. La medición es algo que simplemente
ocurre y tiene que aceptarse.
Según
John Archibald Wheeler
(imagen derecha), físico de Princeton,
no se produce el colapso de la función ondulatoria, sino que todas
las medidas posibles siguen existiendo y son realmente observadas en
algún lugar. Se trata de una idea inquietante que no admite prueba
alguna en favor de su validez. Walker propone un análisis del
problema de la medición afectada por dos o más observaciones, usando
la paradoja E.P.R. En esencia, el experimento de
Einstein-Podolsky-Rosen (Reshick-Hallidan, 1982), en 1935, pretendía
decidir si una partícula puede tener posición y momento ( fórmula
del momento t= r x p ) a la vez. Por aquel entonces se aceptaba ya
que cualquier intento directo de determinar la posición y el momento
de una partícula al mismo tiempo estaba destinada al fracaso.
Al medir la posición, el efecto mismo de la medición actúa sobre el
momento de una forma indeterminable y toda medición del momento
destruye cualquier información previa acerca de la posición.
Esencialmente lo que Einstein, Podolsky y Rosen (EM) pretendían era
lo siguiente: Puesto que es imposible determinar directamente la
posición y el momento de una partícula al mismo tiempo lo que
necesitamos es una segunda partícula cómplice. Con dos partículas
podemos medir más cantidades a la vez. Si logramos relacionar de
algún modo el movimiento de las dos partículas, las mediciones
realizadas simultáneamente en cada una de ellas, nos permitirán
echar una ojeada por debajo del velo de incertidumbre cuántica que,
según Bohr, nunca podría ser levantado.
Básicamente, lo que necesitamos hacer es que dos partículas
cuánticas se acerquen, interaccionen y se colapsen, a una gran
distancia. Entonces podemos medir el momento de la partícula 1. Así,
por ley de acción y reacción, podremos deducir exactamente el
momento de la partícula 2. La medición, por supuesto, habrá afectado
la posición de la partícula 1 pero esto no importa. No puede haber
afectado la posición de la partícula 2 que está ahora muy lejos; en
principio, puede hablarse de años luz de distancia.
Ahora bien, si medimos simultáneamente de forma directa la posición
de la partícula 2, entonces sabremos la posición y el momento de la
partícula 1 en un mismo instante, y habremos vencido el principio de
incertidumbre. El argumento de ERP se fundamenta en dos suposiciones
cruciales, la primera es que una medición realizada en un lugar, no
puede afectar instantáneamente a una partícula en otro lugar muy
distante. Esto se justifica porque, en primer lugar, las
interacciones entre sistemas, tienden a disminuir con la distancia.
Es difícil imaginar que un electrón afecte el movimiento y la
posición de otro electrón situado a varios metros, y no digamos a
años luz, de distancia. Einstein desarrolló tal idea a lo que llamó
''la acción fantasmal a distancia''.
Una importante razón para este rechazo era la creencia de Einstein
de que ninguna señal o influencia puede viajar más rápidamente que
la luz. Este es un resultado clave de la teoría de la relatividad y
no debe ser abandonado ala ligera. Entre otras cosas la ausencia de
señales más rápidas que la luz es un elemento vital en el
establecimiento de una misma definición de pasado y futuro para todo
el universo. Romper la barrera de la luz, es equivalente a enviar
señales al pasado. Esta ausencia de señales más rápidas que la luz,
descarta una explicación física o energética para la premonición y
la transmisión de información a distancia por algún medio físico, ya
que la interacción cuántica de las partículas, tienden a disminuir
con el cuadrado de la distancia, violando la ley de entropía de
sistemas cerrados .
En los años 60, John Bell partió de las dos suposiciones básicas de
ERP, ausencia de señales más rápidas que la luz y existencia de
realidad objetiva, y con su ayuda determinó las relaciones más
generales que deben darse entre las mediciones de las partículas 1 y
2, no solo en el momento y la posición, sino en la dirección y spin.
Descubrió que había ciertos tipos de mediciones capaces de
distinguir entre las posiciones de Einstein y las de Bohr
(recordemos que Bohr se contraponía ala teoría EPR, argumentando que
no se pueden adscribir atributos como posición y momento a una
partícula a menos que se efectúe una observación de la partícula,
las mediciones hechas por delegación no son aceptables ).
Es decir, las dos suposiciones mencionadas tenían consecuencias
experimentales que no podían obtenerse si Bohr tenía razón. Si
Einstein tenía razón la desigualdad de Bell encajada con un
resultado en un
experimento real. En 1981
Alain Aspect
(imagen izquierda), en París,
inició una serie de experimentos en los que se examinaba
simultáneamente los ángulos de polarización de dos fotones emitidos
por un mismo átomo y que se movían en direcciones opuestas,
culminando este experimento en 1982. Los resultados eran
inequívocos: Einstein estaba equivocado. La incertidumbre cuántica
no puede ser eludida. La manera como el experimento pone de
manifiesto la diferencia entre la teoría cuántica y una teoría
''realista'' cualquiera es de un cierto interés. Los
experimentadores deseaban comprobar hasta qué punto los resultados
de las mediciones en el primer protón estaban relacionadas con las
del otro. Según la desigualdad de Bell, las teorías de tipo
''realista'' predicen unta cierta correlación máxima.
La mecánica cuántica, en cambio, predice un grado mayor de
correlación, como si las dos partículas cooperaran telepáticamente
de un modo innatural. Los resultados mostraron una correlación por
encima del máximo permitido por la desigualdad de Bell, confirmando
así que la incertidumbre es intrínseca en la física cuántica.
Podemos comparar la situación con dos individuos que sentados
espalda contra espalda, echen simultáneamente monedas al aire. Si lo
hacen completamente al azar, no cabe esperar correlaciones entre las
caídas de las dos monedas. La probabilidad de que al caer una moneda
muestre cara, es la misma tanto si la otra moneda muestra cara corno
muestra cruz. Supongamos sin embargo, que las monedas no se echen
totalmente al azar, de modo que si sale cara en una moneda, sea más
probable que salga también cara en la otra, y lo mismo para las
cruces. Las observaciones mostrarán una definida correlación
positiva entre los resultados de las dos monedas. En los
experimentos con las dos partículas, éstas no actúan
independientemente al azar, ya que ambas poseen un origen común. En
consecuencia, es de esperar alguna correlación. El grado preciso de
esta correlación proporciona la prueba crucial.
A primera vista, puede parecer que el experimento de Aspect, nos da
un medio de mandar sondas más rápido que la luz. En término de
monedas, diríamos que la mayor probabilidad de que al sacar yo cara,
también saques cara se debe a que se envió un mensaje secreto
mediante un simple código, por ejemplo: cara igual apunto, cruz
igual a coma. Si la correlación no alcanza el 100% habrá ruido en el
mensaje; pero practicando lo suficiente, podremos transmitirlo con
exactitud.
Ahora bien, si pensamos más detenidamente, nos daremos cuenta de que
esta posibilidad es ilusoria. El resultado de cada una de mis
operaciones de echar mi moneda aunque correlacionado con sus
operaciones de echar la tuya, sigue siendo completamente
impredecible, puesto que yo no puedo hacer que mi moneda caiga
mostrando cara o cruz, según mi voluntad. Si cae mostrando cara
sabré que es muy probable que la tuya muestre también cara; pero
esto no me sirve de nada.
No poseo ningún control sobre la secuencia de puntos y comas que se
establece y el mensaje degenera en ruido blanco.
Paradigma Holográfico Cuántico y PSI
A principio de los años 70, el neurofisiólogo
Karl Pribram
(imagen izquierda),
investigador del Centro de Estudios Avanzados y de las Ciencias del
Comportamiento de la Universidad de Stanford (California), elaboró
una teoría holográfica del funcionamiento cerebral que permite dar
cuenta de algunos hechos establecidos en el mundo de la memoria: el
conocido Modelo Holográfico del Cerebro. El concepto de paradigma
holográfico comenzó a principios de siglo con el famoso biólogo C. Scheider quien, en 1905, sugiriera que la percepción es forma, y la
forma percepción, de manera análoga a como nuestro cuerpo es formado
según la morfogénesis del embrión. Década después, el
neurocientífico Karl Lashley, del que llegó a ser discípulo
Pribram,
planteó que las líneas de fuerza según las que se desarrolla el
embrión pueden formar patrones de interferencia. Luego, en 1947,
surgió la idea matemática de los hologramas de manos del científico
húngaro Dennis Gabor; sus ecuaciones abstractas vinieron a
concretizarse primero con el laser, y luego, en 1965, con el invento
del holograma por Emmet Leith y Juris Upatnicks.
Pribram dio con lo que le faltaba a
Lashley y dedujo que la memoria
es almacenada en el cerebro como un holograma. Nacía así el modelo
holográfico del cerebro. Bohm
(imagen derecha), con su "variables ocultas'', plantea
un orden implícito oculto tras la apariencia ordenada de la
realidad. Terence McKenna (1993) -
imagen izquierda
-, etnobotánico e investigador de los
estados alterados
de la conciencia, plantea que el ADN y las
partículas subatómicas operan de acuerdo con principios
holográficos. Eugene Dolgoff, parapsicólogo e investigador, plantea
que sus experiencias de finales de la década de los 60, que
demuestran que no hay transferencia de energía en los fenómenos
psíquicos, confirman la naturaleza holográfica de la realidad pues
nada se mueve de un lado a otro, simplemente porque en el estarte
holográfico de la materia no existe el otro lado.
Un holograma es una imagen tridimensional que se crea empleando un
rayo de luz coherente (láser) para hacer que surja, la imagen nítida
del objeto que se fotografió. Además tiene la notable característica
de que si se parte la imagen por la mitad en cada una de las dos
mitades aparecer la imagen tridimensional entera; no importa cuantas
veces la particionemos, cada fragmento revelar la imagen completa y
tridimensional del original. En el trabajo de Pribram de 1991,
"cerebro y percepción: holonomía y estructura en el procesamiento de
imágenes'', se analiza la contribución de cada estructura cerebral
al proceso perceptivo, desde la retina hasta la corteza frontal, en
el marco de nuevos procesos matemáticos.
También usa modelos cuánticos para dar cuenta de los niveles de
procesamientos dendríticos y nanoneurológicos de la función
perceptual. Pribram con esto afirma que el cerebro es una entidad
holográfica que interpreta un universo holográfico. Los conductores
de la conciencia, cita Pribram, serían unas estructuras
microtubulares de proteínas, (los microtúbulos), alojados en el
citoplasma por todo el cuerpo y, en particular en el cerebro, en las
neuronas. Según Stuart Hameroff anestesiólogo e investigador en esta
rea, la red de microtúbulos dentro de la red neuronal, sería el
escenario donde se desarrollada el drama cuántico de la conciencia.
Stephen Hawking, especialista en relatividad global y cosmología,
postula que la conciencia es el producto de un fenómeno de
coherencia cuántica en el cerebro.
G. G. Globus, neurocientífico, plantea que todos los mundos
posibles, en el sentido de los universos paralelos de Wheeler,
Everett, y otros, están dentro del cerebro, en un estado de latencia
conocido como superposición cuántica. Con respecto a la dualidad
cuántica entre observador y observado, se adapta ala condición de
aislamiento, de soledad, esto sugiere precisamente una subjetividad
inaccesible a la observación externa, característica propia de la
conciencia.
Breves notas sobre el estudio de Pensinger y la ESP en sueños
El período de 24 hs, en el que los más exactos sueños telepáticos
ocurrieran durante los estudios en el maimónides expusieron una
actividad magnética normal que los días anteriores o posteriores.
Esta configuración V significativa estadísticamente y serie temporal
en la actividad geomagnética no fue evidente durante aquellos
períodos donde menos sueños exactos sucedieron. Cuando la actividad
magnética alrededor del tiempo del experimento más pronunciado de
sueño telepático fue comparado con la actividad geomagnética hacia
el tiempo del sueño espontáneo telepático que Gumey, Podmore y
Myers
(1905) tenían en su colección similares (no discutibles
estadísticamente) patrones de tiempo que fueron observados. En el
análisis de ambos experimentos y experiencias espontáneas indicaron
que estas fueron más exactas (o probablemente más seguras) durante
el intervalo de 24 hs., cuando el índice de promedio diario
contrario estaba aproximadamente en +/- 3 Gammas. Cuando el índice
excedía a diario las extensiones de aproximadamente 20/25 Gammas,
las experiencias telepáticas se tornaban poco probables.
Conclusiones
Considerando el modelo de Walker (1974) en su totalidad podremos
llegar a una conclusión definitiva en el estado actual de la física
del cuanto: Examinaremos los puntos álgidos de la teoría de Walker.
1 - El primer punto, estriba en que a diferencia de la afirmación de
Walker, basada aparentemente en trabajos del Dr Eccles, no hay una
base sólida para afirmar verdaderamente que el sistema mente/cerebro
como él lo llama, puede actuar como un auténtico generador
aleatorio, provocando el colapso de la función ondulatoria y
afectando a un sistema exterior a él, mediante P. K.
2 - El afirma que dos partículas después del colapso y ambas
pertenecientes al mismo sistema, pueden salvar la indeterminación
cuántica y transferir información a distancia, lo cual es falso. Ya
que en el colapso de ambas partículas el momento cinético no se
mantiene constante, y el impulso no sería igual en toda la
trayectoria, afectando a ambas partículas, estas estarían perdiendo
gradualmente energía cinética, degenerándose en radiación
electromagnética y dispersando la señal provocando el llamado "ruido
blanco''. Conclusión la información no podría ser llevada (y menos
colocada) a grandes distancias, siendo probable que el radio de
acción sea reducido y la poca probabilidad de transmisión por
interrelación de sistemas cuánticos (PK y ESP).
3 - Según la
paradoja experimental EPR, una medición realizada en un lugar no
puede afectar instantáneamente a otra partícula en otro lugar muy
distante (telepatía) ESP. Entre otras cosas la ausencia de señales
más rápidas que la luz, es un elemento vital en el establecimiento
de una misma definición de pasado y futuro para todo el universo. Lo
que descuenta la explicación científica de una transmisión física
para la precognición o la retrocognición.
4 - El
teorema de Bell, confirma la incertidumbre en la física
cuántica, mostrando una mayor correlación que la permitida por la
desigualdad de Bell. En el experimento de Aspect con la polarización
de fotones, el resultado es verdaderamente que si la correlación no
alcanza el 100%, habrá "ruido" en el mensaje. Aparte los sistemas
correlacionados siguen siendo completamente impredecibles. Citando
el ejemplo de monedas (ya dado anteriormente) yo no puedo hacer que
la moneda caiga mostrando cara o cruz, según mi voluntad. Si cae
mostrando cara, sabré que es muy probable que la de la otra persona
que tiró simultáneamente otra moneda, muestre cara también; pero
esto no sirve de nada. No poseemos ningún control sobre la secuencia
de puntos y comas que se establece entre los sistemas (o partículas)
y el mensaje degenera en ruido blanco. Considerando esto, cabria
preguntarse, si el fenómeno parapsicológico no responde a las
coordenadas tiempo y espacio (prescinde totalmente de ellas) y no
puede ser transmitido por energía alguna, cual es la verdadera
naturaleza de este fenómeno?. La explicación posiblemente sólo puede
estar más allá de la ciencia ortodoxa y convencional.
5 - Con respecto a la función de la entropía, citando al mismo
Prigogine, entramos en el principio del caos, donde la información
si tuviera algún tipo de vehículo energético, se degradaría,
recordando los límites que imponen las leyes de termodinámica con
respecto a la distancia en sistemas cerrados y/o semiabiertos.
6 - Analizando el paradigma holográfico-cuántico; si bien el modelo
es digno de investigación ulterior, no explica satisfactoriamente la
adquisición de información a distancia sin estímulos de ninguna
naturaleza. Si explica según la teoría de la información el
ordenamiento dimensional de la información biológica y la
comunicación humana (con sus limitaciones).
7 - Es interesante, sin embargo, el estudio de
Persinger sobre las
variables geomagnéticas en función de ESP y PK, sin embargo,
volvemos sobre el tema de la distancia y la ausencia del estímulo
físico. Además, el mismo Persinger reconoce que no se necesita dicha
alteración, sino que la acción de la hormona ACTH
(adenocorticotrópica), glucocorticoides, y su acción sobre la región
hipocámpica-amigdalina, asociado a una labilidad lóbulotemporal,
ACTH y glucocorticoides aumentados, permiten el acceso a ESP y PK
(entre otras cosas), además del patrón que encuentra de abuso sexual
infantil, entre algunos de estos sujetos. Cabe destacar que la
acción de PSI, tanto en la investigación cuantitativa como en los
casos espontáneos, no responden a patrones traumáticos o patológicos
(ejemplo de clasificación cabras-ovejas).
Debemos adoptar una posición de estudio global del contexto en donde
se desarrollan estos fenómenos, su naturaleza profundamente humana,
su significado de trascendencia, y sobre todo, la crisis global
planetaria, para encontrar el significado de la función PSI, en la
naturaleza humana. Estudios de este tipo están aún por hacerse, con
valor, profundidad y el deseo honesto de aplicar, tanto el método
científico, como el filosófico humanista, para llegar a una
comprensión holística del universo, su destino final, y la función
del hombre en el contexto evolutivo de la conciencia en el universo.
Referencias
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DAVIS, Paul (1985). Superfuerzas. Salvat: Barcelona.
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EYSENCK, HANS & SARGENT (1993). Explicando lo Inexplicado: Los
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GURNEY, Edmund; PODMORE, Frarnk; MYERS, Frederick (1905). Les
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MCKENNA, Therence (1993), La Nueva Consciencia Psicodélica. Planeta:
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NOVILLO PAULI, Enrique (1984). Los Fenómenos
Parapsicológicos: Psi en laboratorio: Kapelusz. Buenos Aires
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American Society for Psychical Research 83, pp. L01-l06. POPPER,
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PRIGOGINE, 1. (1981). Entre el Tiempo y la Eternidad. Alianza:
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SARTI, G. (1989). Tópicos Avancados en Parapsicología.
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Foundation: New York, NY. http://www.bibliotecapleyades.net/esp_paradigmaholo02.htm
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Por david_kether - 7 de Enero, 2008, 19:29, Categoría: Fisica cuantica
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La Conexión Cuántica y el factor Psi.
La Conexión Cuántica y el factor Psi.
"Cuando llegamos al nivel atómico,
el mundo objetivo del tiempo y el espacio ya no existe, y los símbolos
matemáticos de la física teórica sólo se refieren a probabilidades, no
a hechos", aseguraba Werner Heisenberg, uno de los padres de la Física
Cuántica.
¿Podría ser psi una interacción entre procesos
mentales y procesos cuánticos externos?... Así lo cree el físico Evan
Harris Walker, llegando a desarrollar incluso una estructurada "Teoría
Cuántica de Psi".
Pero ya los parapsicólogos de vanguardia venían
observando desde hacía tiempo determinados modelos enunciados por la
Física Cuántica —cuyo objeto de estudio es el mundo de las partículas
subatómicas— que no sólo avalarían, de alguna manera, la existencia de
ciertos fenómenos psi, sino que incluso arrojarían algo de luz sobre su
paradójica naturaleza.
Por eso, en 1974, la "Parapsychological Foundation"
de Nueva York celebró en Ginebra (Suiza) un congreso bajo el título
"Física Cuántica y Parapsicología" en el que participaron físicos de
renombre. "La colaboración incipiente entre parapsicólogos y físicos es
el indicio de una nueva fase interdisciplinaria de la investigación
parapsicológica", anunciaba por entonces el prestigioso parapsicólogo
Hans Bender.
En principio, la función psi desafía las leyes
mecanicistas planteadas por la física clásica. Pero no lo hace con las
leyes indeterministas de la teoría cuántica, que no se rigen por la
causalidad sino por la probabilidad, y que rompen con la imagen que
teníamos hasta ahora del tiempo, el espacio y la masa. "Si se permite a
la física cuántica violar las 'leyes de la naturaleza' tal como fueron
concebidas por los físicos clásicos, la PES puede reclamar también el
mismo derecho", escribe Arthur Koestler en 'Las Raíces del Azar'.
No es de extrañar, pues, que fenómenos como la
telepatía, la precognición y la psicokinesis hayan llamado la atención
de algunos físicos teóricos como Brian Josephson, Jack Sarffati,
Michael Talbot o Fritjof Capra, que han llegado incluso a aventurarse
en la investigación parapsicológica, ante la perplejidad de sus colegas
más conservadores. El mundo microscópico que nos revela la Mecánica
Cuántica es tan imprevisible, perturbador y borroso como el mundo de
los fenómenos paranormales.
Los dos mundos se burlan de nuestro sentido común.
Y curiosamente, en ambos, la conciencia parece jugar un papel
fundamental. Los físicos teóricos han buscado sin éxito determinadas
'variables ocultas' que sirvan para describir el sistema cuántico y
resolver el problema de la medición.
Algunos de ellos, como Eugene Wigner, han pensado
que quizás haya que buscarlas en la propia conciencia humana: "Los
físicos descubrimos que es imposible dar una definición satisfactoria
de los fenómenos atómicos sin hacer referencia a la conciencia". Si el
principio cuántico implica a la mente de una manera esencial,
encontramos nuevamente en ello un nexo con lo paranormal... "Al fin y
al cabo, un conjunto de ideas que otorgue un papel importante al
observador que realiza las mediciones y un posible papel a la
conciencia de dicho observador parece abrir las puertas a los fenómenos
psíquicos", apuntan los psicólogos Hans J. Eysenck y Carl Sargent. Es
más, los axiomas esenciales de la mecánica cuántica, según el físico
Costa de Beauregard, exigen que se produzcan fenómenos psíquicos...
El 'Principio de Incertidumbre' de Heisenberg, por
ejemplo, determina que cuando observamos el mundo subatómico ya estamos
alterándolo, por el mero hecho de su observación. El observador se
convierte así en participante. En base a este postulado, ¿resulta
descabellada la acción de la mente sobre la materia estudiada por la
Parapsicología?... En absoluto. Es más, los numerosos experimentos
psicocinéticos llevados a cabo por el físico alemán Helmut Schmidt,
empleando "Generadores de Sucesos Aleatorios" (basados en la
desintegración radioactiva del estroncio-90), han permitido detectar
esta aparente vinculación entre lo psi y lo cuántico.
"La idea de que la Psicokinesis actúa solamente
sobre procesos aleatorios parece intelectualmente atractiva y coherente
con los experimentos que estamos realizando. Quizás apunta a una
profunda relación entre la PK y la teoría cuántica", sostiene Schmidt.
Otro modelo teórico perteneciente a la Mecánica Cuántica, y que ya ha
sido confirmado experimentalmente, es la "Paradoja E.P.R." (iniciales
de Einstein, Podolsky y Rosen), según la cual, dos partículas
elementales que han estado alguna vez correlacionadas formando un único
sistema, aunque sean separadas una de otra miles de kilómetros
mantendrán una conexión no causal y seguirán transfiriéndose
información de forma instantánea.
¿Esta misteriosa comunicación a distancia no
recuerda en cierta manera la transmisión telepática?... De hecho, la
idea de que existan partículas de energía psíquica, semejantes a los
neutrinos, actuando como portadoras de la señal telepática, no resulta
disparatada para ciertos científicos. El astrónomo V. A. Firsoff las
llegó a bautizar con el nombre de "mindones", mientras que el
matemático Adrian Dobbs, prefirió denominarlas "psitrones". Estas
hipotéticas partículas trasladarían la información psi de una mente a
otra, e incluso por sus velocidades hiperlumínicas, podrían traspasar
las barreras del tiempo, explicando así fenómenos como la precognición.
Como vemos, es tal la conexión entre el mundo
cuántico y las facultades psi que, en algunos círculos especializados,
ya se ha comenzado a hablar de "Parapsicología Cuántica". Pero es
posible que la respuesta final a los fenómenos psi se encuentre más
allá del universo del quantum... Mente holográfica ¿Y si hemos de
buscar el origen de los fenómenos psi en una realidad transpsíquica,
como sugería Carl G. Jung?.
Podría tratarse teóricamente de un dominio
extraespacial y extratemporal en el que tienen lugar acontecimientos
anómalos, o dicho de otro modo, donde residiría la información
paranormal. Nuestra mente, a modo de sintonizador, establecería
conexión con ese "campo psi", que estaría más allá del marco de
referencia causal de nuestra realidad material. De hecho, muchos
físicos teóricos sugieren que en el nivel subatómico la realidad posee
una dimensión adicional. Un nivel más profundo de la realidad en el que
todo está interconectado, y que el profesor de Física Teórica David
Bohm llamó "Orden Implicado".
Según este novedoso enfoque teórico, ya no podemos
entender el universo como una máquina, sino como un gigantesco
holograma multidimensional, donde pasado, presente y futuro existen
simultáneamente. Es más, el físico Michael Talbot señala que "según
Bohm ve la cuestión, si cada partícula de la materia se interconecta
con todas las demás, el cerebro mismo puede ser visto como
infinitamente interconectado con el resto del universo".
Puede incluso que la conciencia esté también
estructurada de forma holográfica, como afirma el destacado
neurofisiólogo Karl Pribam. Este "paradigma holográfico" —según el cual
el cerebro es un holograma que interpreta un universo holográfico— nos
podría aclarar muchas dudas sobre la naturaleza de los fenómenos psi.
"Si existe lo paranormal —dice el propio Bohm— sólo puede entenderse
mediante su referencia al orden implicado, puesto que en ese orden todo
está en contacto con todo lo demás y, en consecuencia, no hay ninguna
razón intrínseca para que lo paranormal sea imposible".
El filósofo Sam Keen, otro explorador de la
conciencia holográfica, aclara por su parte que "lo que llamamos PES
(Percepción Extra Sensorial) y experiencia paranormal cabe que no sean
más que nuestra inmersión en las dimensiones atemporales que
constituyen la estructura holográfica de nuestras mentes". En un
universo en el que todo está íntimamente interconectado, ya no hace
falta que la información viaje de un punto a otro. La información
sería, por tanto, la sustancia última de la realidad, de acuerdo al
"modelo holográfico".
Entenderíamos así fenómenos como la telepatía, la
clarividencia o la psicokinesis. Serían sucesos que, al trascender el
tiempo y el espacio, no son transmitidos, sino que son simultáneos y
están en cualquier parte. "Nada necesita ir de aquí para allí porque en
esa esfera no existe ningún allí", dice el hológrafo Eugene Dolgoff
para referirse a la función psi. Los físicos Harold Puthoff y Russell
Targ, del Stanford Research Institute (SRI), investigaron durante la
década de los setenta a psíquicos que experimentaban con la llamada
"visión remota".
Al no depender este fenómeno de ningún factor
energético conocido, concluyeron que debía de guardar relación con el
nivel de interconexión cuántica. Los experimentos PES realizados por
los parapsicólogos Stanley Krippner y Charles Tart, también encuentran
en el "modelo holográfico" su explicación más plausible. Pero no sólo
desde la Física se habla de otros niveles subyacentes de la realidad
que están más allá del espacio y del tiempo. Desde la Biología, Rupert
Sheldrake —entusiasta del paradigma holístico— nos habla de los "campos
morfogenéticos" (campos-M), que serían regiones no materiales de
influencia que actúan a través del tiempo y el espacio, y que, mediante
un proceso que él llama "resonancia mórfica", moldean la forma, el
desarrollo y el comportamiento de los organismos.
Según esta sugerente teoría —ya experimentalmente
demostrable— la memoria no se ubicaría en el cerebro, sino que es
inherente a la naturaleza. Todo parece apuntar a que los sistemas
naturales heredan una memoria colectiva de todas las cosas anteriores
de su misma clase, sin importar lo lejos que puedan estar ni el tiempo
transcurrido desde que existieron. Para este notable bioquímico de
Cambridge, los fenómenos psi tienen plena cabida en su modelo teórico:
"Son muchas las pruebas anecdóticas de la existencia de la telepatía,
son muchas las personas que dicen haberla experimentado, y ha sido
detectada en muchos experimentos parapsicólogicos.
Estas pruebas son muy discutidas, principalmente
porque desde el punto de vista científico convencional, la telepatía,
como los otros presuntos fenómenos parapsicológicos, es teóricamente
imposible. En cambio, en el contexto de la resonancia mórfica, es
teóricamente posible".
A la Parapsicología todavía le queda mucho camino
por recorrer para hallar la verdadera naturaleza de los fenómenos psi.
Sin embargo, el objetivo no parece estar demasiado lejano, gracias al
apoyo multidisciplinario que está recibiendo en las últimas décadas,
sobre todo desde el campo de la Física moderna, que con sus innovadores
y excitantes postulados, da sentido a la existencia de hechos que hasta
hace bien poco parecían transgredir las leyes de la naturaleza. Como
aseguraba el físico Michael Talbot, "siempre habrá en ciencia nuevas
perspectivas que descubrir". Los fenómenos paranormales, sin lugar a
dudas, son una de ellas..
Por: Moisés Garrido
Publicado en: http://www.alfilodelarealidad.com.ar http://feeds.feedburner.com/AlFiloDeLaRealidad
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Por david_kether - 6 de Noviembre, 2007, 4:53, Categoría: Fisica cuantica
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El principio de incertidumbre y la dualidad onda-partícula en el experimento de las dos ranuras.
El principio de incertidumbre y la dualidad onda-partícula en el experimento de las dos ranuras.
Ya vimos como el spin de las partículas y el comportamiento denominado efecto túnel, disipan la noción de que las partículas subatómicas son objetos comunes en el sentido que los entendemos en nuestra vida diaria. Veremos aquí nuevas pruebas al respecto.
Las partículas subatómicas, poseen una naturaleza similar a la de las ondas, lo cual significa que no es posible a veces hablar de ellas como si existieran en alguna localización única y precisa. Este hecho fue expuesto por Heisenberg, uno de los fundadores de la teoría cuántica, en su famoso principio de incertidumbre. Este principio se ve mas claramente cuando se refiere específicamente a la idea de la trayectoria, es decir la combinación de la posición y la velocidad. Heisenberg señaló que mediante un procedimiento experimental se puede determinar la velocidad o el momento (en su acepción física) de la partícula, y mediante otro procedimiento, la posición; pero nunca simultáneamente ambas mediciones. Como consecuencia de este principio, podemos saber por ejemplo que en cierto instante un electrón partió de una fuente, y podemos también saber que muy poco después incide en una placa fotográfica dejando una marca. Pero lo que nunca podemos saber es como llegó desde la fuente a la placa, por eso carece de sentido decir que la partícula siguió una trayectoria o recorrido hecho de puntos continuamente conectados entre sí en el espacio. El principio de incertidumbre no significa que no podamos medir la posición y la velocidad por no contar con instrumentos de una precisión adecuada, es decir no significa una incapacidad de medición externa; sino que es una cualidad intrínseca del mundo subatómico. Un electrón no tiene una posición y una velocidad definida y precisa en el mismo momento. Si el electrón fuera consciente, no podría conocer en cada instante y simultáneamente donde está y hacia donde se dirige. Matemáticamente esto se expresa como Dx.Dp>h/2p; lo que significa que el error en la medición de la posición “x” multiplicado por el error en la medición del momento “p” siempre deberá ser mayor a una constante “h/2p”, es decir que por mas que minimicemos uno de los errores, es decir seamos más precisos en dicha medición, necesariamente aumentaremos el error en la otra medición para mantener el valor del producto limitado a la inecuación anterior. El hecho de que una partícula parezca poseer cierto grado de incertidumbre acerca del lugar donde se encuentra es solo parte del problema. La partícula parecería estar insegura de qué es ella misma (una crisis de identidad diría yo en el plano psicológico, salvo que las partículas no tienen psicología ¿o si?), porque en ciertas ocasiones presenta las características de una partícula y en otras las características de una onda. Cómo explica la física cuántica esa aparente paradoja nos lleva a un debate que ha durado los últimos 300 años comenzando con Newton y terminando en París con el experimento de Alain Aspect, algo del mismo vimos en el punto anterior. Agreguemos ahora algo más. En 1690 Huygens propuso que la luz se transmite en ondas esféricas que se propagan a partir de una fuente luminosa. Newton rechazó la teoría ondulatoria y en 1704 propuso que la luz estaba compuesta por partículas diminutas. Un siglo después otro físico, Thomas Young, inclinó la balanza a favor de Huygens probando que la luz poseía ciertas propiedades que sólo era posible asociar con una onda. Esto era así debido a que la luz en un famoso experimento conocido como el experimento de las dos ranuras, producía interferencia, y para los físicos, cuando dos fenómenos interfieren entre sí se dice que se propagan en el espacio como una onda. ¿Cómo fue esto?, Young colocó una pequeña fuente luminosa que proyectaba su luz a través de dos delgadas ranuras practicadas en un trozo de material opaco. Esta luz luego de pasar por las ranuras, se proyectaba en una pantalla. Young comprobó que en lugar de haber dos franjas de luz en la pantalla, como debería ocurrir si la luz fueran partículas que viajan en línea recta, había una serie de franjas brillantes y oscuras de diferentes intensidades. Su conclusión fue que este era un patrón de interferencia que solo se explica por el supuesto de que la luz que pasa por las ranuras tiene características ondulatorias. Esta versión se aceptó y duró otros cien años, hasta que aparecieron dos fenómenos que no se podían explicar con los conceptos de la física clásica, el primero consistió en el problema de la radiación del cuerpo negro, fenómeno estudiado por Planck, mientras que el segundo era el llamado efecto fotoeléctrico, fenómeno estudiado por Einstein, donde este propone nuevamente el concepto de la luz como compuesta por partículas. Mas delante otro físico, Louis de Broglie planteó el enigma siguiente: si así como las ondas podían comportarse como partículas (la luz), ¿podría ser que las partículas (los electrones) se comportaran como ondas?. Hizo un bosquejo matemático de este fenómeno que más tarde fue comprobado experimentalmente. Se comprobó entonces que el universo estaba compuesto por entidades cuánticas que a veces podían comportarse como ondas y a veces como partículas. Esto era realmente asombroso al menos para los físicos. Uno de ellos, Heisenberg, solía preguntarse después de discutir largamente con Bohr:
“¿Puede la naturaleza ser tan absurda como nos parece en estos experimentos atómicos?”.
Para resolver la aparente paradoja de la dualidad onda / partícula del universo, algunos físicos (nótese el ingenio y la audacia para proponer algo tirado de los pelos) sugirieron que tal vez no deba pensarse que la materia está formada por ondas de materia, sino más exactamente, como ondas de probabilidad (ver el capítulo de ondas). Esto de las ondas cuánticas como ondas de probabilidad es realmente un concepto tortuoso y que el entendimiento a mi entender sólo lo acepta por acostumbramiento cuando ha escuchado y leído mucho al respecto. Este concepto significa que lo que pasa a través de las ranuras en el experimento de las dos ranuras es una onda de probabilidades. La ecuación que describe como una onda cuántica se mueve- la ecuación de Schrödinger- no describe una onda material, sino que lo que realmente describe matemáticamente es la probabilidad de encontrar el fotón o el electrón (la entidad cuántica) en un lugar definido. Sobre este cuadro pintado a partir de los estudios del físico Max Born, cualquiera de estas entidades cuánticas mientras no sean observadas, literalmente no existen con la forma o identidad de una partícula. Hay una cierta probabilidad de encontrarla aquí u otra probabilidad de encontrarla mas allá, y en principio podría estar en cualquier parte del universo, por supuesto con diferente probabilidad de que esto así ocurra. Algunas ubicaciones son mucho más probables que otras de allí como veremos que cuando marcan la placa fotográfica, existirán líneas de mayor impacto, lo que indica mayor probabilidad y otras de menor impacto o probabilidad. Esta característica permite explicarnos el efecto túnel; una “partícula” parece pasar a través de una barrera de potencial simplemente porqué su función de onda le asigna una cierta probabilidad de que exista del otro lado de dicha barrera, por eso se da esa percepción de que la “partícula” se desvanece desde el lado de la barrera donde fue lanzada y aparece del otro lado de la barrera “como si” hubiera un túnel en la misma.
Esto que llegó a ser una de las interpretaciones más aceptables de la física cuántica, trajo consigo consecuencias perturbadoras para nuestra comprensión de la realidad.
Por ejemplo, en el experimento de la doble ranura, las bandas de interferencia producidas por los fotones al pasar por las ranuras revelan claramente la naturaleza ondulatoria de la luz. Sin embargo, si la pantalla opaca contra la cual se proyectan los haces de luz, es sustituida por una placa fotográfica, cada fotón que incide en ella deja sólo un punto donde hizo impacto, lo cual revela que el fotón posee una índole que lo asemeja a una partícula. ¿Qué pasaría si pudiéramos dejar pasar de a un fotón por vez?. Bien esto se logró y cada fotón dejaba una marca en la placa fotográfica mostrando su identidad como partículas, pero a medida que van pasando mas y mas fotones las marcas de los impactos en la placa fotográfica, dibujan el patrón de interferencia de las ondas, es decir cada fotón que se dirige hacia la doble ranura elige un camino diferente. Si de repente se tapa una ranura, entonces el patrón de interferencia deja de producirse. ¿Cómo sabe éste o aquél fotón cuando la segunda ranura está descubierta y cuando no? Si cada fotón pasa por una sola ranura, ¿cómo conoce la situación en que se encuentra la otra ranura y por lo tanto el tipo de figura que debe construirse en la placa fotográfica? La respuesta que da la física cuántica es asombrosa, profunda y rara diría yo. Dice que cada fotón, de alguna manera, pasa por ambas ranuras al mismo tiempo y en consecuencia es portador de alguna suerte de conocimiento de la situación en que están ambas ranuras en el momento en que incide en la placa fotográfica. Es decir cuando el fotón está en tránsito no existe como un único objeto. Durante esa fase parece capaz de manifestarse como varias contrafiguras probabilísticas de sí mismo y explora todos los senderos que se le abren simultáneamente y que le están permitidos. Sólo al llegar a la placa vuelve a su estado de partícula solitaria. Este experimento resulta similar con electrones y otras entidades cuánticas que tienen la facultad de existir simultáneamente en varios estados probables distintos. Esta es la razón por la cual los físicos hablan de las fases ondulatorias de esas partículas no como ondas materiales sino como ondas cuánticas de probabilidad. Esta capacidad de las partículas subatómicas para existir en mas de un lugar al mismo tiempo plantea algunas cuestiones profundas. Una involucra una controversia respecto del observador, ¿cuál es el rol que desempeña el observador humano en todo esto? En virtud del principio de incertidumbre por el cual no tiene sentido hablar de la trayectoria de una partícula en el espacio, y la capacidad de la misma de estar en mas de un sitio al mismo tiempo, parece carente de sentido pensar que dicha partícula sea algo real si no existe un observador humano. Antes de que el fotón del experimento haya dejado su marca en la placa fotográfica (cuando hacemos la observación), lo mas que podemos decir de él, es que se asemeja a un fantasma y parece existir al mismo tiempo en todos sus trayectos posibles. Otra pregunta es la siguiente: si los bloques de construcción subatómicos de los objetos materiales no poseen las características de los objetos materiales, ¿qué grado de realidad tiene el mundo en qué vivimos?, ¿Mediante qué extraños procedimientos permite la naturaleza que la aparente solidez del mundo se desintegre en la fantasmal y esquizofrénica multiplicidad de probabilidades que constituyen el mundo subatómico?
Este experimento de la doble ranura que permitió deducir la doble identidad de determinadas entidades cuánticas, no solo fue realizado con fotones, sino también con electrones y más tarde con átomos que hasta ahora siempre fueron reconocidos en su acepción como partículas fundamentales a partir de las cuales todo nuestro mundo real está construido. Ahora bien si estas se comportan como ondas-partículas, ¿dónde se encuentra la línea divisoria entre el mundo de la física cuántica y el mundo de la física clásica?, ¿Dónde los objetos pierden su condición de ondas para comportarse como nuestro sentido común nos indica como partículas? .
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Por david_kether - 2 de Noviembre, 2007, 16:03, Categoría: Fisica cuantica
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El efecto túnel.
El efecto túnel.
Este se trata de la capacidad que tienen las partículas subatómicas como los electrones para pasar, en ciertas circunstancias, a través de barreras aparentemente impenetrables. Imaginemos que estamos en una pista de skateboard, esas que son abovedadas, donde los skaters se deslizan desde un lado hacia el otro alcanzando según sea la velocidad que llevan, la parte superior de la pista. Supongamos que colocamos dos de esas pistas unidas por la parte superior, de forma tal que se asemeja a dos U pegadas. Si nos colocamos en el fondo, debajo de todo de la pista, y hacemos rodar una bola pesada como una bala de cañón o una bocha de crocket hacia arriba, nuestro sentido común nos indica que debemos darle una determinada fuerza para que alcance la parte superior, y caiga rodando por la otra pista que está pegada, de lo contrario volverá siempre por el mismo camino que subió. Ahora imaginemos que estamos en este proceso y que cuando la bola llega a la mitad de la pista, desaparece y cae por la otra pista contigua. Esto que está en contra de nuestro sentido común es exactamente lo que ocurre en el mundo de las partículas subatómicas y que se denomina efecto túnel. ¿Cómo es que se logra, este experimento? En vez de la bala de cañón lo que tenemos es un electrón, y en vez de la doble pista, tenemos una barrera de energía que para el electrón es un obstáculo efectivo. Si la barrera de energía es lo suficientemente fuerte, un electrón disparado a ella se limitará a rebotar. Sin embargo, a diferencia de una bala de cañón, un electrón parece saber de antemano las limitaciones que supone el obstáculo al cual se acerca y antes de llegar a la misma desaparece para volver a materializarse del otro lado de la barrera, es como si se abriera un túnel en la barrera energética. Este efecto tiene consecuencias mensurables en el plano de la vida diaria, por ejemplo puede ser utilizado para amplificar ciertas señales electrónicas. También es causante de la radioactividad nuclear. Aquí, el núcleo actúa como barrera que aprisiona a las partículas en su interior, pero que estas logran superar mediante el efecto túnel produciendo así el fenómeno de la radioactividad nuclear. La denominada fusión nuclear que se produce en los núcleos de los átomos de hidrógeno generando la energía en el interior del sol es explicada a través del efecto túnel
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Por david_kether - 2 de Noviembre, 2007, 16:00, Categoría: Fisica cuantica
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El spin de las partículas.
El spin de las partículas.
Lo primero que se tiende a pensar sobre las partículas subatómicas como el electrón es que se asemejan a pequeños planetas que recorren órbitas en el espacio. Esta analogía es parcialmente correcta, los físicos consideran válido decir que las partículas rotan en torno de un eje tal como la tierra rota sobre su eje mientras gira alrededor del sol. A esta rotación similar a la de la tierra, alrededor de su eje, es a lo que se denomina el spin de la partícula. Sin embargo esta rotación sobre su eje o spin es peculiarmente distinta a la que tiene lugar en los casos macro como la tierra y los planetas. Cada partícula subatómica tiene una forma diferente de rotación o un spin propio, que para diferenciarse se les da un número al que se denomina el spin de dicha partícula. Así el spin de un fotón toma un valor igual a 1, mientras que el de un electrón es ½ mientras que otras partículas tienen un valor 0 para su spin. ¿Cuál es el significado de estos números? De acuerdo al físico Paul Davies, cuando uno hace girar un globo terráqueo hasta dar una vuelta completa, lo debe hacer en un ángulo de 360º. Bueno con el electrón no ocurre lo mismo, si se lo gira 360º, solo ha recorrido la mitad de su camino (por eso el spin=1/2), o sea para dar la vuelta completa debe girar 720º. Esto que contradice la comprensión que nuestro sentido común nos ofrece de los objetos y la realidad, según Davies sugiere, se debe a que tal vez en el nivel subatómico la realidad posea una dimensión adicional que para ser abarcada exige una rotación completa de 720º. Los efectos de esta dimensión adicional se hacen sentir solo en el plano de lo ultra pequeño, el micro mundo cuántico y por lo tanto, a diferencia del electrón, los seres humanos y los otros objetos de gran tamaño, han perdido la facultad de distinguir entre estos dos ángulos de rotación. Cualquiera sea la explicación, lo cierto es que esta extra- dimensionalidad del electrón tiene sus efectos en nuestro mundo. Así el campo magnético producido por un electrón al consumar el spin (recordemos que una carga cuya velocidad varía en el tiempo produce un campo magnético. La velocidad del electrón en su spin varía al ser un movimiento circular), tiene exactamente el doble del valor que se le podría calcular si fuera producido por la rotación de una esfera cargada eléctricamente con la misma carga de un electrón.
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Por david_kether - 2 de Noviembre, 2007, 15:59, Categoría: Fisica cuantica
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Tres realidades que atentan contra el sentido común
Tres realidades que atentan contra el sentido común
Habíamos mencionado que implícito en el desarrollo de la física se encuentra la búsqueda de la composición última de la materia. Siempre que alguien intenta una búsqueda y sobre todo en el mundo científico, existe una cierta suposición de la respuesta a las preguntas, esto es existen hipótesis, como también modelos semejantes a los que el que investiga está familiarizado. En la pregunta anterior acerca de los bloques básicos a partir de los cuales está construida la materia, existía la idea de que estos podrían asemejarse a pequeños ladrillos. Pues bien una de las más importantes lecciones propinadas por la física cuántica es que justamente este no es el caso, es decir, los ladrillos o bloques básicos no tienen las características que nuestro sentido común nos dice que deberíamos encontrar. Esto nos deja una lección: la que nos dice que las respuestas a ciertas preguntas que tienen que ver con el desarrollo de la física cuántica, implican conceptos que no somos capaces de visualizar directamente. Veamos para ello tres casos ilustrativos que muestran realidades que atentan contra nuestro sentido común:
El spin del electrón.
El efecto túnel.
El principio de incertidumbre y la dualidad onda-partícula de la luz: el experimento de las dos ranuras.
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Por david_kether - 2 de Noviembre, 2007, 15:55, Categoría: Fisica cuantica
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visión sobre la materia sólida.
En el año 1900 el físico Max Plank demostró que otros ciertos efectos en física solamente podían ser explicados si la luz era una partícula. Siguieron muchos experimentos para demostrar que, de hecho, la luz era también una partícula, y Albert Einstein recibió el premio Nobel en 1921 por su trabajo que demostraba que la naturaleza de partícula de la luz podía explicar el “efecto fotoeléctrico”. Este era un experimento donde la luz de baja energía (roja), cuando se aplicaba sobre un material fotoeléctrico, hacía que este material emitiera electrones de baja energía (de movimiento lento), mientras que la luz de alta energía (azul) hacía que el mismo material emitiera electrones de alta energía (de alta velocidad). Sin embargo, una gran cantidad de luz roja solamente producía más electrones de baja energía, y nunca electrones de alta energía. En otras palabras, la energía no podía ser “ahorrada”, sino que debía ser absorbida individualmente por los electrones en el material fotoeléctrico. La conclusión fue que la luz venía en paquetes, en pequeñas cantidades, y así se comportaba tanto como una partícula o como una onda.
De modo que la luz es a la vez una partícula y una onda. Bien, es algo inesperado, pero quizás no totalmente extraño. Pero el experimento de la doble ranura guarda otro truco bajo la manga. Se podía enviar un fotón (o “cuanto” de energía) a través de una sola ranura a la vez, con un intervalo suficientemente largo en el medio, y eventualmente surgiría un punto que luciría como el producido cuando una luz muy intensa (muchos fotones) pasara a través de la ranura. Pero ocurrió algo muy extraño. Cuando se envía un único fotón a la vez (esperando entre cada pulso láser, por ejemplo) hacia la pantalla cuando las dos ranuras están abiertas, lo que eventualmente se forma es un patrón de líneas oscuras y brillantes alternadas. Hmmm... ¿cómo puede suceder ésto, si solamente un fotón a la vez era enviado a través del aparato?.
La respuesta es que cada fotón individual debía (para poder producir un patrón de interferencia) haber pasado a través de ambas ranuras. Este, el más simple de los experimentos sobre la rareza cuántica, ha sido la base para muchas de las interpretaciones intuitivas de la física cuántica. Podemos entender, entonces, cómo los científicos concluyen, por ejemplo, que una partícula de luz no es una partícula hasta que se la mide en la pantalla. Sucede entonces que una partícula de luz es más bien una onda antes de ser medida. Pero no es una onda en el sentido de una ola de mar. No es una onda de materia sino que, aparentemente, es una onda de probabilidad. Es decir, que las partículas elementales que conforman a los árboles, a la gente y a los planetas, a todo lo que vemos a nuestro alrededor, son aparentemente distribuciones de posibilidades hasta que son medidas (es decir, medidas u observadas). ¡Ésto es lo que quedó de la visión victoriana sobre la materia sólida!.
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Por david_kether - 2 de Noviembre, 2007, 15:37, Categoría: Fisica cuantica
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La neurología cuántica podría explicar los mecanismos de la conciencia.
El “soporte físico” del psiquismo se hallaría en las
propiedades básicas de la materia
En los últimos 30 años han ido madurando en biología y
neurología un cuerpo de teorías y de investigaciones empíricas hacia el
conocimiento de los fundamentos cuánticos de la materia viviente. Una de ellas
es la neurología cuántica, que relaciona los procesos de la conciencia humana
con las propiedades de campo de las partículas elementales. Esta nueva
neurología no sólo explica mejor al hombre, sino que es más armónica y
congruente con los planteamientos religiosos. Por Juan Antonio Roldán.
Lo que hoy conocemos como neurología
cuántica está conectado con los nombres de Hameroff, Penrose y Popp. Si los
avances hoy logrados con esta nueva disciplina se reafirman, se habrá construido
una imagen de la vida alejada del mecanicismo, más congruente con nuestra
experiencia y también más armónica con una metafísica teísta . Aunque se
trate de resultados científicos neutros de por sí y, por ello, también
compatible con una metafísica atea o agnóstica, la neurología cuántica nos
introduce en un campo de problemas –Evolución y neurología cuántica- que será
objeto de la primera sesión del seminario de la Cátedra CTR en el curso
2006-2007, que se celebrará el 16 de noviembre 2006 con la intervención de Óscar
Castro, de la UA de Barcelona. Para entender el eco de las ideas
surgidas recientemente en torno a la llamada neurología cuántica basta recordar
que el hombre, durante miles y miles de años de historia, ha sido para sí mismo
el gran enigma del universo. Pero no sólo se trataba del enigma del hombre, sino
del enigma universal de la vida. En medio de un mundo de objetos inanimados,
tierra, aire, fuego y agua, productos de un aparente dinamismo ciego de las
fuerzas y energías del universo, la vida representaba un fenómeno extraño, muy
difícil de entender, desde sus mínimas manifestaciones orgánicas, hasta los
vegetales, el mundo animal en toda su complejidad y, sobre todo, el mundo
humano. La experiencia psíquica: holismo e indeterminación
¿Por qué es un enigma la vida? La sensación de enigma, de sorpresa ante
la vida, surge del contraste entre el mundo inorgánico, sometido a un dinamismo
ciego, y la vida representada en la autoexperiencia humana. El hombre se ve como
un agente que se siente a sí mismo de una forma holística, en su propio cuerpo y
en el mundo objetivo externo, de tal manera que dirige su vida en libertad, con
indeterminación. Lo inorgánico ni es agente, ni se siente, y está determinado
por las fuerzas dinámicas ciegas del universo. No es libre. El sentir se
especifica como “sentir holístico”: el propio cuerpo se siente como un ámbito
que se extiende espacialmente pero que se presenta unificado por la sensación
interior; además el mundo externo se siente como ámbito accesible, como queda
patente en la visión. Holismo significa totalidad: sentir el propio ser y el
mundo como ámbitos unificados. El gran psicólogo americano James J. Gibson hizo
la mejor descripción fenomenológica de esta sensación holística. Pero,
además, ser agente es sentir la propia indeterminación que permite la elección
libre. Es evidente que la autoexperiencia psíquica humana no es de absoluta
libertad e indeterminación (ya que está también sometido a altas dosis de
determinación): pero, en su grado, ambas cosas son reales en el hombre y, sin
embargo, no están dadas en el mundo inorgánico. El hombre, pues,
proyecta sobre la vida el enigma de su propia forma de ser. En la vida, en sus
múltiples manifestaciones, es donde comienza a constituirse el enigma que estará
plenamente formado en el hombre. Por ello, la vida es un enigma global: el
enigma que comienza en la vida hasta hacerse humano. Primeras
explicaciones filosóficas Cuando el hombre intentó conocer
racionalmente el mundo, y así nació la filosofía, trató de dar una respuesta al
enigma de la vida. Lo vemos en la filosofía india y budista, así como en otras
filosofías orientales. La filosofía presocrática griega, el comienzo racional de
occidente por el tránsito del mito al logos, se centra precisamente en un
intento de solución al enigma de la vida y del mundo inorgánico. Esta
experiencia dual (lo inorgánico y la vida) le llevó a explicar la realidad por
dos principios causales: la “forma” como principio del ser y de la unidad que
explica el orden y la vida; la materia como principio del devenir y de la
multiplicidad, del caos, desorden y del movimiento caótico ciego. Es la teoría
“hilemórfica” de Aristóteles (todo se produce por la interacción entre forma y
materia). Estas ideas quedaron anticuadas una vez que la ciencia moderna fue
construyendo su descripción del universo, de la vida y del hombre. La
ciencia moderna hacia el mecanicismo determinista La ciencia moderna
comenzó a construirse desde una expectativa nueva que abandonaba el dualismo
heredado de la filosofía griega. Su expectativa fue que el universo debía
explicarse como un sistema unitario que, desde su origen, había producido en su
interior todas las cosas. Se trataba del enfoque monista (todo se ha producido
desde un mismo constituyente del universo). Sin embargo, algunas
circunstancias (el tipo de matemática, el maquinismo de los siglos XVII-XVIII,
la influencia del cartesianismo, los comienzos de la ciencia como pura “física”,
etc.) hicieron que la ciencia moderna derivara pronto a la filosofía del
mecanicismo determinista. El universo aparecía en ella como un inmenso
clockwork en que todo suceso está absolutamente determinado por una cadena de
causas y afectos cerrados: es la época de Newton, de Laplace, del sistema
gravitatorio universal que culmina con la filosofía científica de Einstein. Este
determinismo todavía se mantiene en ciertos sectores de la ciencia actual: el
modelo de la “máquina” ha sido sustituido por el “ordenador” y las teorías
computacionales presentan una imagen robótica del hombre.
Reduccionismo y dualismo: el problema del soporte físico del
psiquismo Pero la evolución de la ciencia hacia el determinismo
físico (que después pasó a la biología, la neurología y la antropología) hizo
entrar en crisis la aspiración monista y unitaria de la ciencia. Por una parte,
la ciencia debía explicar la experiencia psíquica (el holismo y la
indeterminación); por otra, la ciencia era de hecho determinista. ¿Cómo
explicar entonces la vida y el hombre dentro de una visión monista y unitaria
del universo? Unos forzaron las cosas hasta “reducir” la vida y el hombre a las
explicaciones mecánico-deterministas de la ciencia física: así nació el concepto
de “reduccionismo”. Incluso nació una epistemología objetivista (conductista) en
su apoyo, al decir que la ciencia ni siquiera debía explicar la experiencia
psíquica interna. Otros, en cambio, se resistieron ante la tendencia
reduccionista y recurrieron de nuevo al “dualismo”: si la ciencia sólo constata
un tipo de realidad que no explica el psiquismo, entonces es que éste debe
explicarse por otro tipo de realidad no reducible a la física (es el dualismo
psico-físico en los siglos XIX y XX). Quienes no estaban a gusto ni en
el reduccionismo ni en el dualismo, sino que aspiraban a la imagen monista más
genuina de la ciencia han entendido, a lo largo de las últimas décadas, que el
problema consiste en explicar cómo el mundo psíquico ha “emergido” del mundo
“físico”. Para ello era necesario un tipo de física que hiciera
comprensible por qué el mundo físico es un “soporte” que hace comprensible la
emergencia de la vida. Es el problema del soporte físico en que se asienta el
psiquismo animal y humano (y que no era comprensible desde el puro
mecanicismo-determinista vigente). Mecánica del caos y mecánica
cuántica No obstante, el hecho es que la física del XIX-XX ha
realizado avances muy importantes, cuya posible contribución al entendimiento
del “soporte físico del psiquismo” no se vio en un principio. Se trata de la
mecánica estadística y del caos, por una parte, dentro todavía de la mecánica
clásica, y, por otra, la extraordinaria novedad de la mecánica cuántica.
Se ha llegado a ver, pues, que el mundo macroscópico de la mecánica
clásica no es absolutamente determinado (apto para el diablo de Laplace), sino
que tiene una dinámica regida por procesos caóticos que sólo permiten cálculos
probabilísticos y estadísticos. La superficie de la tierra, por ejemplo, es un
ámbito físico macroscópico que “soporta” los movimientos imprevisibles,
indeterminados, del mundo animal. Con la mecánica cuántica la ciencia ha
conocido que el mundo microfísico no se comporta como el macrofísico. Parecen
ser dos mundos diferentes que sin embargo forman una unidad: el macrofísico nace
del microfísico. En el mundo cuántico la materia y la radiación (cuya relación
no se entendía en el siglo XIX) se unen en la dualidad corpúsculo-onda. Así, la
materia llena campos físicos de una manera extraña y la individualidad o
permanencia en el tiempo de las partículas desaparece. Además partículas
y vibraciones de un campo parecen estar al mismo tiempo en una multitud de
estados (superposición cuántica), colapsándose de unos a otros con aparente
indeterminación. Asimismo, la materia cuántica aparece y desaparece de forma
sorprendente en referencia a un campo originario o “vacío cuántico” del que
sería algo así como una fluctuación vibratoria. Por último, es difícil
entender la forma de causalidad que rige en ese mundo en el que se ha constatado
una acción a distancia o causación no local que permitiría la interacción entre
sistemas de materia cuántica sin conexión inmediata en el espacio (los llamados
efectos EPR, Einstein, Podolsky y Rosen). Materia bosónica y materia
fermiónica La mecánica cuántica entiende que se han producido en el
universo un tipo de partículas mas primitivas, denominadas bosones, y otro tipo
posterior de partículas más complejas llamadas fermiones. Los bosones serían más
difusos, inestables y tendentes a constituir campos físicos unitarios. Los
fermiones, en cambio, habrían dado lugar al mundo de los objetos macroscópicos
estables. De la materia bosónica (por ejemplo fotones) se comenzó a
hablar desde el descubrimiento de los “condensados de Bose-Einstein” en 1924.
Son partículas que tienen lo que se llama una función de onda simétrica y
fácilmente se diluyen unas en otras formando un campo de vibración unitario en
el que las partículas individuales desaparecen. Se constituyen entonces
estados que se llaman de “coherencia cuántica”. En cambio, la materia fermiónica
(electrones o protones) tiene una función de onda antisimétrica que impide la
disolución de unas partículas en otras (aunque en condiciones experimentales
extremas también se ha conseguido coherencia cuántica con fermiones).
Cada partícula permanece, pues, en su independencia, sea partícula o
vibración ondulatoria. La combinación de estas partículas ha permitido el
surgimiento de las estructuras físicas, de la materia macroscópica y de los
objetos estables de nuestro mundo visible macroscópico. En este la materia
quedaría “atrapada” establemente y quedaría determinada por las estructuras
físicas. Coherencia cuántica y la hipótesis Hameroff-Penrose
Esta hipótesis parte de la admisión, común en el emergentismo, de que la
materia tiene la propiedad de producir “sensación”. ¿Por qué es así? No lo
sabemos, pero hay que postular que es así, ya que de otra manera no se podría
explicar nunca que el universo haya producido la vida y el hombre. Esto supuesto
la hipótesis Hameroff-Penrose: especula que el “soporte físico” de la
sensibilidad-conciencia en los seres vivos debería hallarse en las propiedades
cuánticas más primigenias de la materia. Si fuera así, si esta hipótesis
heurística (de búsqueda) se cumpliera, sería entonces más fácil entender que las
propiedades de campo de la materia fueran el soporte de las propiedades
holísticas del psiquismo y, al mismo tiempo, su indeterminación fuera igualmente
un soporte apropiado para la indeterminación, apertura, libertad de la vida y
del hombre. Se trataría así de un nueva visión de la física más
apropiada para la explicación del psiquismo; probablemente la única alternativa
hoy visible en el horizonte a una física preferentemente corpuscular,
discontinua, en un espacio métrico (incapaz de explicar el holismo psíquico) y
determinista (incapaz de explicar la indeterminación y flexibilidad de la vida).
No cabe duda de que los seres vivos tienen un cuerpo macroscópico que se
ha formado evolutivamente con materia fermiónica, menos apta para fundar campos
unitarios e indeterminación. Habría que hallar de qué manera la vida posee
también materia cuántica primigenia, bosónica, y formas de coherencia cuántica
que “soportaran físicamente” la sensación, el holismo, la indeterminación y la
agencialidad de la vida. La hipótesis Hameroff-Penrose supone que estos
nichos de materia en estado cuántico se hallarían en el interior hueco de los
microtúbulos. Estos son unas estructuras filamentosas formadas en el
citoesqueleto de todas las células con variadas funciones evolutivas.
Una de ellas sería la de producir la sensación y los estados de
conciencia. Por acción a distancia no local (los efectos llamados EPR) entrarían
interacción por coherencia cuántica sistemas complejos de neuronas en el
cerebro. Estos sistemas cuánticos serían el soporte físico de la
sensación-conciencia. En estado normal los micrúbulos estarían en el
estado de superposición cuántica (indeterminación ante una variedad de estados
posibles). En el momento de su participación en una actividad psíquica (por
ejemplo, ver una imagen) los microtúbulos dejarían la superposición y sufrirían
la “reducción objetiva” o colapso de su función de onda a una vibración
determinada que entraría en coherencia cuántica en el sistema de microtúbulos
que participan en esa actividad. Esta actividad cuántica estaría
relacionada con las redes neuronales macroscópicas, y la bioquímica interior a
la neurona, ascendentemente (vg. cuando la imagen exterior impone una imagen) y
descendentemente (vg. cuando el pensamiento dirige el movimiento). Estas
cuestiones están siendo investigadas en la actualidad. Los biofotones
de Popp La biofotónica estudia la
emisión y absorción de luz en tejidos vivientes. Tiene una larga historia, pero
Fritz Albert Popp contribuyó recientemente a la revitalización de esta
disciplina. Propuso una hipótesis sobre la relación de la luz y los campos en la
producción de ciertos tipos de cáncer que no fue bien recibida. Esto le causó
problemas, pero hoy está fuera de toda duda experimental el papel de la luz en
la materia viva: los campos de coherencia cuántica creados en los tejidos
vivientes y el papel de la luz en los procesos de intercomunicación celular.
Más allá de los puros hechos experimentales se podría especular, y
muchos lo hacen, que estos fenómenos de coherencia cuántica podrían también
estar relacionados con la sensación. Entonces se entendería que la materia
biológica es ya “viviente” en sus tejidos básicos. Si estas ideas
progresaran deberían ponerse en concordancia con la hipótesis Hameroff-Penrose
en la línea de entender cómo los tejidos vivientes están integrados con el
sistema nerviosos para producir la autoexperiencia propia del psiquismo como
sensación integral holística del cuerpo. Una valoración justa de la
neurología cuántica Algunas de estas ideas han sido utilizadas
desmedida y, a nuestro entender, incorretamente (como ha pasado en el New Age y
otros grupos) para justificar ideas religiosas o esotéricas. Por ello algunos
científicos han aplicado la fallacy of gilt by asociation (es malo si tiene que
ver con la religión). Pero la cuestión no es esta: sino la explicación de la
experiencia psíquica, un hecho empírico incuestionable producido dentro del
universo. Queremos también dejar constancia de que, a nuestro entender,
la nueva perspectiva de la neurología cuántica es neutra metafísicamente. Puede
ser asumida en una metafísica, o filosofía, atea o agnóstica; pero también puede
ser asumida en una metafísica teísta. Lo que en todo caso parece también
aceptable es que esta nueva neurología no sólo explica mejor al hombre, sino que
es más armónica y congruente con los planteamientos religiosos.
Artículo elaborado por Juan Antonio Roldán, de la Cátedra
CTR, con ocasión de la sesión del Seminario de la Cátedra sobre “Evolución y
neurología cuántica”, el 16 de noviembre de 2006.
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Por david_kether - 6 de Octubre, 2007, 5:28, Categoría: Fisica cuantica
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