El cristal de cuarzo
desde el punto de vista evolutivo ha alcanzado un nivel de perfección
extraordinario, su afinidad con el ser humano es más de la que se
piensa, aunque aun estamos lejos de alcanzar el nivel de armonía que en
su naturaleza posee el cuarzo.
Las antiguas culturas
de esta tierra, ahora llamada México, le han otorgado diversos nombres,
mencionaré dos: Sastún los Mayas, Tévali los Huicholes, en ambos casos
se considera un instrumento sagrado, asociado con la LUZ, con la
cualidad de VER , o de propiciar cosas.
Cada una de sus seis
caras y su punta que da como consecuencia la síntesis del siete,
simboliza los siete principales cuecueyos (chakras) del ser humano. A
través de su punta, asociada precisamente con el cuecueyo tecpatl
(pedernal), podemos alcanzar una conexión con el infinito.
En el lenguaje de los
ancestros, los sabios de esta tierra, nada era ocioso. Así que es de
llamar la atención que dos de los cuecueyos (chakras), les pusieran
nombres de "cristales": Tecpatl (pedernal) en la corona y Chalchihuitl
(piedra preciosa) en el entrecejo. Ambos vinculados con el despertar de
la conciencia del ser humano.
Alguna vez alguien
menciono que así como percibimos dentro de un cristal la forma de
galaxias y universos, que quizá nosotros nos desarrollamos también
dentro de un cristal. No estaba tan errado, pues el más alto porcentaje
de elementos que forman la Madre Tierra es cuarzo.
Los cristales de cuarzo transparentes: generan, regulan y equilibran la "fuerza cósmica", mantienen un ambiente ecualizado.
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